Sunday, December 21, 2008

aspirantes legítimos

Del partido del campeonato, que me tocó en Cali y en el Pascual, me quedan algunas cosas. Primero que todo, el grito del gorila. Me impactó, porque no lo sabía, que las hinchadas colombianas (supe que pasó también en Medellín) anduvieran replicando los gritos racistas de las ligas europeas. En cuanto uno de los dos jugadores negros en la alineación del DIM tocaba un balón, la gente de Oriental empezaba a hacer el uh-uh-uh, mímica del simio. No sé si en Sur o Norte, si en Occidental, hicieran lo mismo. En donde yo estaba, en el primer piso de Oriental, la mayoría lo hacía. Cada vez fue igual. Desde el principio hasta el final. Digamos que se me amargó una fiesta redonda. No puede ser que en Cali, en las graderías del templo americano que es el Pascual Guerrero, donde los sacerdotes han sido de todos los colores, la hinchada de la Mechita se vuelva en contra de sus propias raíces. Si de alguna manera el espíritu de la ciudad se manifiesta en este tipo de actitudes, el diagnóstico es incluso más horripilante de lo que se supone. Dentro de poco empezarán a tirar cáscaras de banano, y habremos sucumbido por completo. Apague y vámonos.

Y es que estamos al borde. Como dijo el hijo de Hernán Peláez en los prolegómenos del cotejo decisivo, la final del Torneo Finalización enfrentaba al equipo de la Lista Clinton contra el equipo de los Paras –concretamente Don Berna, o el esbirro que haya aprovechado su ausencia para coronarse Patrón de Aburrá. Al lado del DIM, América parecía de buena familia, de traer a la casa. La cosa era tan paila que en El Tiempo se disfrazaron de americanos. Mereció ganar. Fue el mejor equipo. Se sobrepuso a las dificultades. Un equipo donde mandaba Rodríguez. Yo digo, ¿mandaba, tiempo pasado? ¿Quién manda en el América? Juan Miguel Rodríguez, el hijo de Miguel. Manda mucho peor que su padre, que lo utilizó como espejo de su gloria. Ahora son otros tiempos. El heredero se queda con los recursos que genera su equipo, de repente vencedor, asfixiándolo al tiempo que se alimenta de su cuerpo desfalleciente.

Nuestro gobernador, elegido el mejor de Colombia, o algo así, aguarda en la lejanía, dando vueltas alrededor del cadáver. En radio bemba se comenta que el presunto proceso de democratización del América no es más que un ardid de Abadía para hacerse con el control del equipo, y utilizarlo él como vehículo de influencia. El rumor tiene visos de legitimidad, a juzgar por el impresionante despliegue publicitario que se hizo el dirigente a costa de los últimos Juegos Nacionales, celebrados en el Valle del Cauca y San Andrés. En todo el país había vallas con la foto del imberbe funcionario, posando con pinta de maloso. Lo único bueno de haber perdido unas justas que nosotros mismos organizamos, es que Abadía se quedó con las ganas de facturar.

El gobernador, por supuesto, estuvo en el Pascual, el primero en montarse en el camión de los bomberos. Pero esta victoria no le pertenece, como tampoco al delfín de capo.

El título es, primero que todo, de Diego Édison Umaña. Los coros en el estadio fueron sobre todo para él, el gran artífice de este viaje epopéyico de La Mechita hacia su treceava estrella. Me da la impresión de que el técnico, y su asistente, Álex Escobar, se tomaron su trabajo con mística, algo infrecuente, y para lo que no existen estímulos, en el fútbol colombiano. Luego del partido en el Atanasio Girardot, Álex le dijo a la prensa que Umaña se había echado un discurso legendario en el entretiempo. El técnico le recordó a sus jugadores la final malograda del primer semestre, ante chico, la extraordinaria oportunidad ante la que se enfrentaban, las ilusiones del pueblo que representaban.

Lo de América este año ha sido milagroso, ya lo decía antes. Y creo que Umaña encendió una luz en el horizonte vallecaucano, algo de lo que han sido incapaces nuestros dirigentes, patricios, intelectuales, o como se quieran llamar. El técnico demostró que, incluso en las peores circunstancias, vale la pena empeñarse obsesivamente en esfuerzos colectivos, virtuosos y solidarios. Más aún, nos recordó que somos candidatos, aspirantes legítimos a la grandeza.

Thursday, December 18, 2008

Lorencito (dos)

en los dos últimos años aprendí a esperar, puede decirse, aunque todavía vivo con vértigo. te cuento que aproveché que se adelantó el viaje de regreso a Bogotá, para seguir derecho hacia Cali, detrás de la estrella trece. esas son las únicas que de verdad sigo, compradas y pisoteadas como están, de papel–moneda. nada es seguro todavía, aprendí eso durante la oscuridad de Ronaldinho. pero también se que América se juega el honor de la ciudad, lo que le queda de alegría, ambición y fortaleza. así estamos en el Valle del Cauca por estos días, que las épicas solo se dan el Pascual Guerrero, de la mano de la Mechita. nada me ha partido el alma como la decadencia de mi tierra, la de mi papá. aún así, nada me da vida como la Sultana.

se acaba otro año, monstro, con sus sinsabores. en junio estábamos comiéndonos el sapo más bravo de todos, perdiendo contra chico, pero también gozamos el camino a la final. ahora estamos repitiendo. aunque el fútbol colombiano es cualquier cosa menos la Liga o la Premier, todavía se cuentan historias épicas en sus canchas. a pesar de los pesares (de los capos, de los periodistas, de las corbatas, de las pirañas), hay cierta vigencia en nuestro devaluado torneo. sobre todo porque hemos podido asistir a la resurección del América, de la mano de Umaña (y Álex Escobar) y el plantel. la historia improbable (como decía Obama) de un grupo que se ha sobrepuesto al pillaje por parte de sus administradores, la quiebra económica, la muerte civil, la vida fantasma en una ciudad fantasma.

en sintonía con el espíritu navideño, valga la pena el reconocimiento al rival de patio, que tiene una organización modélica. ahora que se habla tanto en el Congreso de reformar el fútbol, ¿por qué no se inventan unos incentivos para privilegiar organizaciones así, sociales y deportivas, democráticas, ejemplares? ya está bueno de este fútbol pirata nuestro, en el que están representados solo los más viles ejemplares de la fauna nacional. infortunadamente, la inmensa ventaja estructural de los azucareros con respecto a los demás clubes colombianos, todos corsarios, de un pelambre o el otro, no se ha traducido en una hegemonía. hay un cáncer que se come al Super Depor, que no se cura con nuevos técnicos o limpiezas dentro del vestuario, ni siquiera con la nueva administración.

el espíritu navideño no me da para más, porque a los hinchas del Cali todavía no les perdono que se hayan ido a vivir a Miami cuando el rancho ardía, como tampoco me perdonaré haberme ido yo, también.

le endosamos la ciudad a personajes como Abadía, el gobernador–patrón. Valle perdió los juegos nacionales, que era la gran apuesta mediática del ilustre mandatario. regadas por toda Colombia están las vallas en las que posaba con cara de matón, robándose el prestigio de las medallas olímpicas de los deportivas vallecaucanos. para que no se nos olvide hasta donde hemos llegado. seguro que el estafeta del senador Martínez (malaya sea) se monta ahora en el bus de la victoria americana. ya lo ha hecho en el pasado. el rumor en Cali es que el gobernador tiene planeado hacerse con el control del club. solo un capo le puede recibir eso a los reyes depuestos, ya que el Estado, el candidato natural para intervenir la propiedad del club, arrebatársela a los Rodríguez, ha optado por la indiferencia absoluluta. lo que digan los gringos, como siempre. yo pensaba que estábamos en la mala, pero la realidad siempre te enseña que se puede empeorar. caer en las manos de Abadía . . . como para hacerse del Cali.

considerando este panorama desolador, el milagro de Umaña solo se engrandece. los americanos tenemos que gozar, como si fueran las últimas, estas tardes de gloria. nos persigue el aliento de la muerte, dead man walking. el futuro, lo que pase después de que se acabe el partido, es lo de menos. lo que importa, los tesoros, son estos momentos, el camino. importan las dos horas del partido, el grito de una ciudad que pide clemencia, que busca solaz. el encuentro de una hinchada con su equipo del alma, el pálpito del pueblo americano. dos horas. independientemente del desenlace, eso no nos lo podrán quitar jamás.

Friday, December 05, 2008

El regreso del Mimo

Este Barcelona no es otra cosa que la continuación del de Rijkaard y ô Crack Feliz, que se distrajo por el camino. Su mejor versión es un regreso al fútbol con el que los culés ganaron dos ligas y una Copa de Europa. Por eso no vale echarle basura al holandés. Sería como mear contra el viento. Pep Guardiola entendió que su papel era rescatar una dinastía que se quedó truncada por la complacencia propia del triunfo, no ponerse a inventar. La gran diferencia entre aquel equipo y este –además de que Dinho se fue–, debería ser Tití Henry, que no pasó de fantasma en su primer año en Cataluña. El ingrediente que le falta a la fiesta para devenir en carnaval es la magia del Mimo. Su entrenador se ha propuesto recuperarla, para bien del fútbol. Mañana ejercerá de delantero de referencia merced a la acumulación de amarillas de Eto’o. El camerunés estará (toco madera) ante el Madrid, en una semana, pero se pierde el partido ante el equipo de Villa y Mata (y Silva). Es una oportunidad de cuento para que Tití nos demuestre que no se ha ido, que puede darnos algo de lo que tantas veces le vimos hacer. Si la historia la contara yo, el francés marcaría dos goles y jugaría su primer partido de cuerpo completo desde que arribó a la ciudad condal. Esa es la tragedia, precisamente. Que el narrador casi nunca soy yo.


(cartas al director, As)

Wednesday, October 29, 2008

Dios ¿y parte?

La demagogia argentina no es algo reciente ni que sorprenda –personalmente vengo sosteniendo hace un rato que la Banana Republic más brava que hay en Suramérica es, con todo el respecto, claro, Argentina–, pero la última manifestación de esta tendencia nacional gaucha me ha dejado perplejo. Ante la ‘crisis’ en el seleccionado de fútbol albiceleste, el mandamás del fútbol local, Julio Grondona ha decidido nombrar a Diego Armando Maradona como su director técnico.

El nombramiento, ocurrido precisamente durante la ‘nochebuena’ de la Iglesia Maradoniana, es decir en el aniversario del natalicio del crack (feliz cumpleaños, Pelusa), es un acto tribunero si los hay, que viene a refrendar el olfato político de Grondona, quien no tuvo problema en pasar la página a los incontables altercados que ha tenido con El Diego a lo largo de los años. Maradona, por supuesto, está exultante; tan feliz, dice, como cuando nacieron sus dos hijas. Y yo me alegro con él, faltaba más, pero me puede el temor, el pánico por lo que será.

Y no solo es por lo que advirtió Jorge Valdano, su compañero de cuarto en la concentración de la selección en México 86. Eso de que “Diego no ha tenido experiencia como entrenador, salvo algo esporádico, y no es fácil ser entrenador de la selección; me parece arriesgado.” Aunque se trata de una opinión calificada, por lo general no le doy mucha bola a lo que diga Valdano, ex entrenador y director deportivo del Real Madrid, jugador de pensamientos progresistas convertido en esbirro de la causa franquista.

El miedo mío es que Maradona, que todavía piensa como futbolista, en realidad lo que quiere es protagonismo, sigue buscando el amor de la gente. Mucho me temo que ese instinto, ese reflejo, nublará su juicio permanentemente, y lo llevará a ponerse en plan de competir, por ejemplo, con Lionel Messi, señalado por muchos como su posible sucesor.

Nadie es más grande que El Diego, como bien sabe el propio Maradona, y me late que esa será una lección que el Diez querrá enseñarle a fuego al pibito Messi. Ya lo había cogido de payaso de las bofetadas, criticándolo públicamente en varias ocasiones. “No tiene carácter”, “juega para él solito”. Lo peor de todo es que Maradona tiene razón, pero sus palabras están teñidas de envidia. Si en realidad el Diego quisiera corregirle los defectos a Messi, lo último que haría sería ponerlo en evidencia con el público argentino y mundial, que recoge cada una de sus palabras como si fueran salmos bíblicos. El crack de México 86 sabe que hay cosas que se manejan en la intimidad de un vestuario.

Como buen hincha que soy de Maradona, espero estar equivocado. Pero mi consejo para el Diego es que se dedique a ser Dios, que para eso tiene su propia iglesia. Ese sí es un puesto que sólo él puede ocupar.

Sunday, October 05, 2008

Curado

El Barcelona de Ronaldinho se vino a pique hace cerca de dos años (en algún momento entre el glorioso verano y el invierno de 2006), y el desencanto subsiguiente llegó al punto de que incluso el Crack Feliz se tuvo que marchar del equipo por la puerta de atrás (me quede esperando que regresara, todavía alucino con las cosas que le vimos hacer). Estas desconcertantes temporadas transmitieron la impresión de que muchas de sus estrellas habían dejado sus mejores años tras de si.

No tengo la respuesta, pero algo se erosionó, se agrietó y se rompió al interior de ese vestuario. El equipo se desconfiguró, perdió su espíritu. Quizá se repite demasiado que el fútbol es un estado de ánimo, pero no por ellos es menos cierto. Es muy cierto.

En realidad, el problema del Barcelona nunca fue de calidad; con los jugadores que tiene, lo raro no es lo que vimos ayer, lo raro es que no suceda con más frecuencia. El problema es espiritual. Por eso, desde que perdimos a Dinho, desde que su tristeza se tragó al mejor equipo del siglo XXI, procuro seguirle la pista a ciertos detalles (palabras, gestos, actitudes), que me permitan adivinar el ambiente dentro del vestuario culé.

Ayer, por ejemplo. En medio de la paliza que el equipo dirigido por Josep ‘Pep’ Guardiola le propinó al flamante Atlético de Madrid (que se comió cinco goles en media hora), se dejaron caer señales que, a mi parecer, confirman que Barcelona se ha curado de sus males para bien.

Luego de la jugada en la que le cometieron penal, Lionel Messi se levantó del piso y tomó el balón, con la intención evidente de cobrar la falta. Sin embargo, antes de que la producción televisiva cortara a otra toma, se pudo ver a Carles Puyol acercándosele al crack argentino. Lo siguiente que supimos fue que Samuel Eto’o se disponía a disparar desde los doce metros. Con Guardiola, la regla en los penales es que los cobra “el que se sienta mejor”, ya sea el argentino, el camerunés o Thierry Henry. Seguro que Messi también convertía el gol, pero Eto’o lo necesitaba más, y Puyol lo sabía.

El capitán del Barsa carga con la enorme responsabilidad de hacer de Messi un jugador de equipo. Maradona tiene razón cuando advierte que al pibito le falta carácter, liderazgo, y que a veces juega solo para él. Lo bueno es que Lionel, a sus veinte años, todavía tiene un margen de crecimiento considerable en ambos aspectos. Lo mejor, en todo caso, es el fútbol que sale de su zurda.

El técnico catalán efectuó el primer cambio en el minuto 59. Sale Eto’o, entra Henry. Al delantero camerunés no le gustó para nada perderse el resto del partido. Pero el goleador, que recientemente traspasó la barrera de los 100 goles defendiendo los goles del Barcelona, se tragó el sapo e incluso tuvo amor para Tití (harto que lo necesita). En la banda lo recibió Guardiola, que le dedicó un palmoteo, como si fueran colegas, panas. A veces toca apretar.

Es que el que entra es Tití Henry, quizá uno de los mayores damnificados de la debacle culé. Su primer año coincidió con la implosión definitiva del equipo. En lugar de flipar en colores con los Cuatro Fantásticos (el eslogan que se inventó el equipo mediático del club, 'los puntocom’), el público terminó silbando a sus antiguos ídolos. Aunque metió 19 goles en todas las competiciones (Champions, Copa del Rey, Liga), el consenso general fue que Henry era una sombra. Apenas se supo que iba a ser el nuevo técnico, se supone que Guardiola habló con Tití. Como no contaba con Eto’o, le aseguró que sería el cendrodelantero titular del nuevo equipo. Al final Samuel se quedó, tuvo una pretemporada formidable –en la que estrenó una deliciosa discreción– y Pep no pudo cumplirle al crack Bleu. El puesto sería para el mejor.

Pero Tití es un grande. Durante la pretemporada se vio varias veces al técnico charlando con el astro, uno a uno. Por momentos, parece el mismo jugador del año pasado. Por momentos, no. Ayer, Guardiola le dio media hora. Tití respondió con un gol marca registrada de la casa, el sexto del Barcelona. Un fogonazo del pasado, remate quirúrgico, luego de una jugada que él mismo comenzó.

En medio de la celebración, Henry tuvo tiempo para acordadrse de Eto'o. Un exultante Henry se fundió en un abrazo fraterno con el León Indomable cerca del banquillo local. Fue el mejor momento de la noche.

“Quiero dar gracias a la gente porque con ellos somos más fuertes”, declaró Guardiola al final del “mejor partido desde que estoy aquí”. Alrededor de noventa mil personas se congregaron en el Camp Nou para ver al equipo del canterano. Nadie conoce al Barcelona mejor que Pep. Él sabe muy bien que el hincha culé es retrechero pero fundamental. Ayer, el estadio reverberó como en los tiempos de Dinho. Con lo que hay, escenas así deberían ser más frecuentes.

Thursday, August 14, 2008

Leyenda

Otros firman los autógrafos, o invitan a comprar productos de determinada marca a los habitantes del mundo. Los hay más guapos, que arrancan exclamaciones de sorpresa en las graderías, goleadores de raza temidos por sus rivales. Hay quienes se consideran distintos, lo claman en todas las direcciones, esperan que los demás se acomoden a ellos. Ni la demagogia, ni el mercadeo, ni la vanidad del estrellato son cosas que vayan con él, pero Xavi se está quedando solo, va camino de compararse con nadie, sino él mismo, de volverse historia.

Xavi Hernández (Terrassa, 1980) debutó en la primera del FC Barcelona el 18 de agosto de 1998, de la mano del técnico holandés Louis Van Gaal, en un equipo en el que jugaba Josep ‘Pep’ Guardiola. Diez años después, Xavi vuelve a compartir vestuario con Guardiola, que se estrena como técnico en el club que los vio crecer a los dos. La semana pasada, desde Estados Unidos, donde el Barcelona programó dos partidos de pretemporada, Xavi avaló la llegada de su antiguo compañero al banquillo: “tengo una excelente relación con Pep, le conozco de mucho tiempo. Es un enfermo del fútbol, y eso es algo que se agradece”.

En su momento, Xavi apuró la jubilación de Guardiola, fue su relevo natural. Como a todo heredero, al de Terrassa le costó sudor y lágrimas deshacerse de la sombra de su predecesor. Y es que ambos fueron cortados con la misma tijera, salieron de la cantera del Barcelona, conocida como La Massia (“hay uno en las inferiores que nos va a jubilar a los dos”, le habría advertido Pep a Xavi, refiriéndose a Andrés Iniesta). Como jugadores, se caracterizan por marcar los tiempos de su equipo, con una combinación exquisita de visión y técnica, y un aguzado sentido de la oportunidad. Desde la temporada en que debutó, Xavi jamás dejó de ser un titular habitual del Barcelona. Ahora es uno de sus capitanes, su estandarte futbolístico.

A pesar de su veteranía, es evidente que Xavi no se acostumbra a lidiar con la prensa. El catalán rehuye de cámaras y periodistas por igual. Ni siquiera en pretemporada, ni siquiera en la gira estadounidense que su club ha organizado con fines publicitarios, el volante consigue manejar con naturalidad la parte que menos le gusta de su profesión. ¿Cómo puede ser que tenga que repetir lo mismo un día si y el otro también? ¿Qué tiene él que ver con el insaciable apetito de la Medusa mediática? Si por él fuera, no habría gira ni habría entrevistas. Mucho menos ad portas de la fase previa de la Liga de Campeones. Sólo fútbol. Pero él no pinta nada. “Como no mando, me toca obedecer”, proclama, en tono de falsa resignación.

El Barcelona pasó un total de siete noches en tierra americana, en los que Guardiola tuvo que arreglárselas para preparar la vital eliminatoria de la Liga de Campeones ante el Wisla de Cracovia, en medio de un mare mágnum de vuelos, actos publicitarios y estrategias de mercadeo. El mismo día que el plantel aterrizó en los Estados Unidos, con diez horas de vuelo sobre el lomo, el técnico programó un entrenamiento en la cancha de la Universidad de Chicago. El parecer unánime de la prensa especializada de Cataluña es que ‘Pep’ le ha dado un giro de 180 grados a la preparación física del equipo. Un enviado especial del Mundo Deportivo, un centenario periódico deportivo, lo resumió, tajante: “Ahora sí entrenan”.

Hasta ahora, todo son augurios auspiciosos para la nueva era del Barcelona. Con técnico nuevo, y sin las ‘ovejas negras’ (Ronaldinho, Deco) en el vestuario, el club catalán ha ganado por goleada los partidos de pretemporada y se impuso categóricamente en su primer partido oficial ante el Wisla Cracovia, el miércoles 6 de agosto, en el Camp Nou.

Aunque las directivas estuvieron buscando durante todo el verano un nuevo delantero, luego de que decidieran no contar con el goleador camerunés Samuel Eto’o, parece ser que el comportamiento y el rendimiento del jugador africano ha persuadido a los mandamases del club de quedarse con él. Sus compañeros fueron los primeros en avalar la posible permanencia del ariete. Xavi fue categórico. “Samuel es un futbolista impresionante, de marcar las diferencias. Para nosotros, es un ejemplo de profesionalidad y talento”, opinó el flamante campeón de la Eurocopa. Incluso el respetable del Camp Nou, que lo había silbado en el último partido de la temporada anterior, recibió con estrepitosa algarabía los dos goles con los que Eto’o colaboró en la victoria de su equipo, 4 por 0, ante el club polaco. Solo faltaba que se manifestara el público para oficializar el indulto del ariete. Por supuesto, la duración del idilio depende directamente de que Eto’o sostenga el extraordinario nivel que ha mostrado en este comienzo de campaña (7 goles en 6 partidos) y, sobre todo, de que mantenga el bajo perfil afuera de la cancha.

El modelo a seguir, qué duda cabe, es Xavi. El menudo volante catalán también marcó el miércoles pasado, en el estreno de su equipo en casa. El número 6 remató a 20 metros del arco, y el balón entró rozándose con el palo derecho del arquero. Fue Frank Rijkaard, su técnico anterior, quien le sugirió a Xavi que buscara la puerta más a menudo. La última temporada fue la más goleadora del centrocampista, que ‘mojó’ en nueve ocasiones. En un verano histórico, el hijo más querido de Terrassa comandó la selección española que ganó el título de la Eurocopa en Suiza y Austria. Él mismo fue elegido jugador más valioso de aquel torneo. A sus 28 años y con 421 partidos en el Barcelona, es probable que termine alcanzando a Charles Rexach (452) y el legendario Migueli (548), los dos jugadores que más veces defendieron los colores del club en partidos oficiales. Sin pretensiones, sin peinaditos o aretes, comiendo callado en la derrota y en la victoria, a puro fútbol, Xavi Hernández va quedándose solo en el camino, igual a nadie, en la historia primero.


* para El Tiempo Latino

Thursday, August 07, 2008

Henry da un paso al frente

“Todos saben que Nueva York es una de mis ciudades favoritas. Tengo grandes amigos aquí.” En el suntuoso salón del último piso del Hotel Saint Regis, en el corazón de Manhattan, Thierry Henry reiteró por enésima vez su devoción por la Gran Manzana. Ha venido varias veces y es de presumirse que Juan Pablo Ángel, a quien conoció cuando ambos militaban en la Liga Premier, le habrá contado bellezas.

El delantero francés fue el protagonista de la gira promocional del Barcelona en territorio estadounidense. Aunque no marcó ninguno de los nueve goles que su club sumó en los dos partidos disputados, y el domingo 3 de agosto, en el Soldiers’ Field de Chicago, su partido justificó las suspicacias que han germinado durante su malogrado año en el Barcelona, la repetición de la imagen de Josep ‘Pep’ Guardiola, el flamante entrenador del equipo blaugrana, discutiendo de fútbol con el galo, junto con la primera parte que el crack cuajó en el estadio de los Gigantes ante el New York Red Bull, llevan a concluir que el técnico está avanzando en su propósito de recuperar al crack para el fútbol del mundo. Este verano no han faltado rumores sobre su posible transferencia. Primero fue Tottenham. Luego lo quiso el Manchester. “La gente se confunde”, tuvo que aclarar durante la conferencia de prensa en Nueva York. “Una cosa es que la ciudad me guste, y otra muy distinta es que vaya a jugar en los Red Bulls. Tengo contrato con el Barcelona y pienso honrarlo”.

En la cancha, las miradas se centraron en Samuel Eto’o. El domingo marcó dos goles, el miércoles otros dos, y en cada partido jugó medio tiempo. Afuera, el camerunés tuvo que compartir el foco con Henry y Rafael Márquez, que jugaba casi de local. La repercusión de ‘Ti’í' en el Ársenal de la Liga Premier, la liga más rica de la tierra, es palpable en este lado del océano. Acá no ha importado su bajonazo, todavía lo recuerdan como a un fenómeno. Su técnico, a quien Xavi definió como “un enfermo del fútbol” parece empeñado en engancharlo como pilar de su proyecto futbolístico. En el entrenamiento del martes 5, previo al último partido, Guardiola se quedó discutiendo un rato largo con el jugador, los dos solos en la cancha vacía. Henry tratá de emprender hacia las duchas en un par de ocasiones, pero el catalán, ganador de seis ligas españolas y una Copa de Europa enfundado en la camiseta número ocho ‘culé’, le tomaba del brazo para regresarlo al redil.

Al día siguiente el delantero cuajó el mejor primer tiempo que se recuerde en su paso por el club, yéndose de sus defensores cuantas veces quiso, encontrándose con Eto’o en el frente de ataque, peligroso. Letal no, ni mucho menos, y los amistosos difícilmente son varas de medida infalibles de la realidad de un equipo, o de su futuro. Menos aún contra un rival como los Red Bulls, que fue manso y modorro, cruzó el campo contrario en ocasiones contadas, y terminó encajando seis goles.

Para Steve Nash, la estrella de baloncesto canadiense, sin embargo, no cabe ninguna duda. “Henry es uno de los mejores”. Nash está en el proceso de llevarse la MLS para Vancouver, con un equipo de su propiedad. “Me encantaría tenerlo en mi equipo”, reconoció el hincha de Tottenham Hotspur, que manifestó su convicción de que la liga va por buen camino, y de que en el mediano plazo podrá llegar a ser competitiva en el primer mundo futbolístico.


* para El Tiempo Latino

Monday, August 04, 2008

Manhattan

La escena parece salida de la imaginación de Woody Allen, el retratista neoyorquino por excelencia. En pleno Central Park, en el corazón de Manhattan, entre dos diamantes de béisbol y una indiferencia casi absoluta, se entrena el Fútbol Club Barcelona. Quizá no haya otro lugar donde estos mismos jugadores puedan rozar el anonimato. Los asiduos del santuario natural y deportivo de Nueva York no se dieron por enterados de que uno de los grandes clubes del mundo estuvo de visita. Los gringos siguieron en lo suyo, con su trote, con su afán, con sus vanos intentos de escapar de la obesidad, la epidemia que los asola.

Hay, sí, unos cuantos despistados, observando a la distancia los ejercicios de sus ídolos. Y estamos nosotros, los indeseables, el enjambre de periodistas que nunca desfallece, al acecho siempre de unas palabras que se repiten sin cesar. Que hay que trabajar, que los objetivos, que dos años sin títulos son una eternidad. Nadie dice, por ejemplo, que esta gira está atravesada como una vaca sagrada en medio de la calle. Los carros se estancan, el tráfico revienta, pero la vaca sigue ahí, inmutable, intocable, superior a cualquier necesidad de la carne. En nueve días el Barcelona deberá jugar la previa de la Champions, y lo hará con la resaca de un viaje transoceánico que violenta los principios deportivos, pero que hace parte del sagrado rito mercadotécnico. Maradona estaba equivocado de pe a pa: no es la pelota la que no se mancha; es el oro.

Pero las prevenciones, el cansancio acumulado de las horas en avión, el asqueo que producen las insidiosas sugerencias de la prensa, todo vuela por los aires en una tarde en Central Park. Aquí, las figuras del Barcelona compiten por la atención del público con un partido de una liga infantil de softball y, al parecer, la descarada indiferencia de la gente tiene un efecto sedante en el ánimo de los jugadores del conjunto catalán.

Mientras se retiran, rodeados de un antipático e innecesario despliegue de seguridad, cada uno de ellos se toma el tiempo para atender a los pocos aficionados que aguardan por una firma o una foto. “Eto’o, no te vayas”, grita uno, refiriéndose a la mentada transferencia del delantero camerunés. El ariete riposta con un saludo y una sonrisa. Rafael Márquez estampa su autógrafo en camisetas, balones y banderas del Barcelona. Un niño se acerca a Thierry Henry y le pide, con dulce descaro, que pase un recado. “Say hello to Zidane for me”. “I will”, responde, complacido, el crack, antes de montarse en el autobús.

Finalmente, las estrellas del Barcelona se van, y la pequeña comitiva de entusiastas se dispersa perezosa. Todos se han quedado con cara de tontos, felices con tan poco, estremecidos todavía con la emoción del momento. Pasarán unos minutos antes de que se repongan del todo. Quizá nunca lo hagan. Lo que antes era un sentimiento, ahora se ha vuelto amor.


[una versión editada de este texto fue publicada el 6 de agosto del 2008 en la sección de Cartas al Director del periódico As]

Sunday, August 03, 2008

Chivas fue local, pero Barcelona fue más

Bastó un Barcelona distraído para dar cuenta de las Chivas Rayadas de Guadalajara, este domingo 3 agosto, en el primero de los dos partidos amistosos que el equipo catalán ha programado dentro de su gira promocional en los Estados Unidos. Aunque estuvieron de cuerpo presente en el Soldiers’ Field, jugadores y técnicos del Barcelona jugaron con la mente y el corazón puestos en la previa de la Liga de Campeones, que deberán disputar a mediados de mes, cuando vuelvan a Europa. Aún así, los catalanes se impusieron 5 goles a 2.

Mexicanos y españoles se encuentran en pretemporada, así que ningún equipo mostró el tono físico ni la sincronía táctica que sólo llegará con el paso del tiempo. Las enormes diferencias entre ambos conjuntos se materializaron desde el primer tiempo. Los dirigidos por Pep Guardiola dominaron el partido a su antojo, salvo contadas escaramuzas por parte del Rebaño Sagrado. Si este partido ha de servir como medida de lo que depara la era Guardiola, cabe concluir que se verá un equipo luchador, intenso a la hora de marcar, disciplinado. Menos abandonado al talento, más dependiente de las fortalezas derivadas del orden, del empeño colectivo. Ya lo había dicho Guardiola en la conferencia de prensa previa al cotejo: “quiero que entiendan que pueden ser mucho mejores como equipo”.

Durante todo el partido el Barcelona buscó recuperar el balón en territorio contrario, al estilo de aquel equipo que deslumbró al mundo hace dos años. Cuando Chivas sacaba el balón desde el fondo, la defensa del equipo catalán se paraba casi en la mitad de la cancha. De hecho, el primer (Xavi, minuto 25) y el cuarto gol (Eto’o, minuto 72) llegaron luego de sendos robos de balón en el campo de Chivas. La cuestión es si los catalanes conseguirán sostener ese modelo, que exige un derroche físico considerable, durante toda la temporada. Por ahora, la opinión unánime es que el Barcelona ha vuelto a entrenar como se debe, luego de un período de relajación extrema bajo el mando de Frank Rijkaard.

Aunque esta es la gira del Barcelona, fue su rival el que acaparó la atención de los espectadores. “Chicago es una ciudad llena de mexicanos, y decir mexicanos es prácticamente decir Chivas”, advirtió el técnico Efraín Flores, técnico del equipo de Guadalajara. De los doce millones de personas que habitan en el área metropolitana de esta ciudad, cerca de tres millones tienen raíces mexicanas. Así, la mayoría de los cuarenta mil espectadores que se dieron cita en el estadio de los Bears eran seguidores del Rebaño Sagrado.

De cualquier forma, el espectáculo tuvo que complacer a unos y otros por igual. No es común en estos tiempos modernos que un partido se salde con siete goles. Hubo emociones a granel, y los técnicos tuvieron la oportunidad de probar a los diferentes jugadores de su plantel. Guardiola hizo un total de nueve cambios, mientras que su homólogo mexicano se conformo con ocho. “Le hemos ganado a un equipo dificilísimo”, concluyo el lateral brasilero Silvinho, al finalizar el partido. “El marcador puede dar otra impresión, pero en los primeros minutos el partido pudo ser para cualquiera de los dos”.

Saturday, August 02, 2008

"Xavi, una pregunta"

Xavi se siente incómodo. Aunque este mes (el 18 de agosto) se cumplen diez años de su debut en el primer equipo del Barcelona, el catalán todavía rehuye de cámaras y periodistas por igual. Ni siquiera en pretemporada, ni siquiera en la gira estadounidense que su club ha organizado con fines publicitarios, el volante consigue manejar con naturalidad la parte que menos le gusta de su profesión. ¿Cómo puede ser que tenga que repetir lo mismo un día si y el otro también? ¿Qué tiene él que ver con el insaciable apetito de la Medusa mediática? Si por él fuera, no habría gira ni habría entrevistas. Sólo fútbol. Pero él no pinta nada. “Como no mando, me toca obedecer”.

Así que aquí estamos, en el sexto piso del glamoroso hotel W de Chicago. El Barcelona ha programado una rueda de prensa y Xavi, como capitán que es del equipo, es uno de los escogidos para la cita. Sentado entre Rafael Márquez y ‘Pep’ Guardiola, el jugador más valioso de la última Eurocopa pasea su mirada por todas partes, se acomoda mil veces en el asiento, responde con automatismos, saliendo del paso. “Siempre es bonito venir a los Estados Unidos”, dice, “sobre todo a una ciudad tan bonita como Chicago”.

Chicago es una perla, eso no lo vamos a discutir. ¿Pero acaso Xavi ha podido disfrutarla? Los lugareños dicen que el invierno es mortal, pero en medio del verano, la ciudad se deja querer día y noche. El que no deja es Guardiola, el nuevo técnico del equipo, quien, al parecer unánime de la prensa especializada de cataluña, ha dado un giro de 180 grados a la preparación física del equipo. “Ahora sí entrenan”, apuntó uno de los enviados especiales del Mundo Deportivo, un centenario periódico barcelonés.

El Barsa aterrizó en Estados Unidos el jueves en la mañana. Aquel día, con diez horas de vuelo encima, el técnico programó entrenamiento en la cancha de la Universidad de Illinois. El viernes trabajó a doble jornada, primero a las nueve de la mañana, y luego a las siete de la noche, en el nuevo estadio del Chicago Fire. Unos mil aficionados se congregaron en las tribunas del Toyota Park (las boletas costaban veinte dólares) para ver ejercitarse a las estrellas culés. El entrenamiento finalizó con un partidillo de veinte minutos en el que brilló Bojan Krick y dejó dudas Thiery Henry, que sigue sin encontrar su varita mágica.

Al finalizar, traté de sacarle unas palabras a Xavi, pero él se escabulló con un convincente “ya hablé”. Culpa mía, porque en la conferencia de prensa no le pregunté nada. La verdad sea dicha, el más nervioso de todos soy yo. Menos mal que no me manda nadie. Me temo que mi destino sería la banca.

Friday, July 25, 2008

Rafa Márquez: "Dinho se tenía que ir"

Hace dos años, cuando el Barcelona pasó por los Estados Unidos por última vez, el club catalán fungía de emperador del planeta fútbol. Ahora que está de vuelta, parece que lo hiciera huyendo de los fantasmas de dos años de sequía, tristeza y oscuridad. Pero la realidad no tiene nada que ver con los versos, sino todo que ver con el mercadeo. Los grandes equipos europeos planifican sus pretemporadas combinando clínicas de trabajo con puestas en escena, como esta última gira del Barsa, que buscan abrir nuevos mercados, y son bien remuneradas. ¿El Chelsea? Está en China. ¿El Atlético de Madrid? En México. ¿Manchester? Anda en Suráfrica.

Por una razón o por otra, es una oportunidad imperdible para acercarse a los corredores del legendario Camp Nou, vivir durante unos días en Can Barsa. El equipo tiene programados dos partidos en su gira por los Estados Unidos. El domingo 3 de agosto se enfrentará a las Chivas Rayadas en el Soldiers Field de Chicago, y el miércoles 6 de agosto lo hará contra los New York Red Bull en el estadio de los Gigantes.

Este Barsa 2008 llega con caras nuevas, y varios caciques menos. Ronaldinho se ha ido al Milán, Deco al Chelsea. El futuro de Eto’o es incierto. Su nuevo técnico, Pep Guardiola, se estrena como entrenador en primera tras una exitosa carrera como jugador. ¿Saldrá el sol después de Ronaldinho?

El capitán de la selección mexicana, Rafael Márquez, asegura que sí, que saldrá. En su quinto año en el club, Rafa no ha sido inferior a las circunstancias. Una vez confirmó con el técnico que “estaba dentro de sus planes”, ha hecho parte del enclave de jugadores que pretende llenar los vacíos producidos por el éxodo de cracks. En los primeros días de la pretemporada el Kaiser de Michoacán sugirió que “sería un honor ser el capitán”.

“Soy uno de los que se quedaron, y quiero volver a ser uno de los jugadores importantes de este equipo”, declaró Márquez en una conferencia de prensa telefónica el miércoles 23, añadiendo que “la gran diferencia ahora es que estamos trabajando con gran intensidad y tenemos un técnico nuevo”. Desde Escocia, donde el Barcelona ha programado los primeros días de su pretemporada, el defensor central manifestó su entusiasmo por volver a los Estados Unidos, donde reconoce que su club tiene muchos seguidores.

“Fue triste ver salir a Ronaldinho, a Deco o a Giovanni”, expresó Márquez, a propósito del tema del verano. “Aparte de ser grandes jugadores, eran amigos míos. Pero el fútbol es así: se tenían que ir”.

Sunday, July 06, 2008

Antes de que amanezca

América hizo una campaña espectacular, aunque sus luces se hayan apagado en la final. Antes de que amanezca, convendrá recordar, y agradecer, el inmenso esfuerzo de estos jugadores y de su técnico.

Mejor así, pienso, porque lo del árbitro en Cali, terminando el partido durante una acción de gol del Chicó, fue de lo más bochornoso que me ha tocado ver en el fútbol. ¿Qué pasó? No tengo idea, pero dio la impresión de que el juez le metía la mano al partido. En algunas ocasiones, y esa fue una de ellas, las impresiones son todo. Para ganar mediante un exabrupto de ese tamaño, mejor perder.

De todas maneras, los dos partidos fueron pobrísimos. América no mereció ganar ni en Boyacá ni en Cali, aunque sus delanteros hayan desaprovechado opciones increíbles. Pobre Adrián Ramos. Además de marrar la oportunidad más clara de la serie, a boca de jarro, como dicen, va y bota a las nubes su penal.

Los jugadores americanos tienen que pensar que la vida es un partido largo, y siempre hay revanchas. A lo mejor no les tocan las de cal vestidos de rojo, pero ya llegarán. Algunos de ellos se pasaron de revoluciones, y parecían no estar mentalizados adecuadamente para un momento crucial. Armero, por ejemplo, transmitió inseguridad durante los minutos que jugó, como si estuviera desequilibrado emocionalmente, fuera de balance. Más preocupado por el árbitro y por los rivales que por la pelota. Para un equipo que depende tanto de sus laterales, la inoperancia de Pablito en la banda izquierda fue una herida de muerte. Arango tampoco estuvo a la altura de las expectativas. Solo Valdez, el capitán, supo dar la talla en los momentos clave.

En lo deportivo, espero que Umaña se quede, que esta nueva derrota le sirva para corregir errores, replantear detalles, para mejorar. Espero que pueda mantener la base de este equipo, acaso mejorarla con un par de contrataciones.

Pero no se nos puede olvidar que lo más importante para América es resolver su crisis institucional. Puente y compañía tienen que irse, los Rodríguez tienen que irse. Ya estuvo bueno. Este es un asunto de difícil resolución, pero es el verdadero desafío de la institución escarlata, su encrucijada. En tanto los directivos sigan siendo los mismos, América es inviable en el largo plazo.

Wednesday, July 02, 2008

Y nosotros, ¿cuándo?

Esta final es un regalo para todos los caleños que se quedaron afuera, para los que sobraron cuando los patricios del departamento se repartieron el pastel, para los que han sido ignorados por décadas y décadas de gobernantes corruptos, ladrones y mentirosos. Los condenados a vivir en una ciudad en ruinas, donde reinan los delincuentes, donde si no andás espabilado te hacen la cama en cualquier esquina. No es la ciudad que me tocó vivir, porque yo también soy un privilegiado, pero es la ciudad que conozco, que recorrí a diario, que aprendí a descubrir y querer, muy a pesar de la triste situación en la que está sumida.

Esta final es para el Valle del Cauca, olvidado de todos, en manos de un macarra, herido de muerte bajo la vigilia de la rosca paisa que quiere eternizarse en el poder nacional. Para Buenaventura, para la gente del barrio Lleras, del Alfonso López, que ve cómo entran y salen las riquezas de su país sin que les dejen ni siquiera las migajas. Tan solo el narcotráfico reparte sus riquezas en el puerto, aunque también, claro, sus muertos, su violencia intolerable.

Quizá lo más triste es que este triunfo del América, esta final ganada con el sudor y el esfuerzo de un plantel sin paga y un técnico que ha sabido sobresalir en la miseria, va a servir para que los políticos, los dirigentes, incluso esos que se hacen llamar vallecaucanos ‘de bien’, se den un baño de popularidad, se sumen a la caravana, se roben también esta gloria que no les pertenece.

Que no se nos olvide, por ejemplo, que el señor Carlos Puente no permite que los jugadores del club se asocien para hacerse respetar, un derecho que les garantiza la constitución. Que las directivas del América no pagan lo que deben, que le hacen el quite a la seguridad social de sus empleados, que se comprometen y luego si te vi no me acuerdo.

Esta final no es un éxito del presidente, ni del patrón, ni del gobernador del Valle del Cauca, tampoco del alcalde. En la foto, solamente, deben estar los jugadores, los empleados, el técnico, su equipo de colaboradores. Gracias a ellos, América se levanta de su ruinosa realidad, conforta el corazón de una hinchada, de un pueblo que sufre. A veces se puede, aún en contra de las más abrumadoras vicisitudes, a veces se puede. La fuerza está siempre adentro, siempre ahí.

Así que disfrutemos, sí, celebremos, pero que no se nos olvide, que nunca se nos olvide que esto es la excepción y no la norma. Que mañana, cuando la pelota haya dejado de rodar, Cali será igual, el Valle del Cauca será el mismo, que los macarras, los ladrones y los cañeros seguirán ahí, exprimiendo las últimas gotas de riqueza de nuestra tierra querida, sin resolver ninguno de sus problemas. Que este es un triunfo de unos pocos, porque para que todos ganemos nos hace falta jugar, a todos, como lo hace este América.

Sunday, June 29, 2008

Raúl o la gloria

A estas alturas no tienen ninguna gracia subirse al bus de la victoria española: vista desde el presente prometedor, la manera categórica con la que La Furia ha llegado hasta la final parece adecuada a la lógica. Lo cierto es que, antes de arrancara el europeo, no le faltaban críticos a la selección ni a Aragonés, como oportunamente reconoce el siempre juicioso Alfredo Relaño, director del As.

Luego del último Mundial, desde que el Sabio de Hortaleza decidió prescindir de Raúl, los periódicos de la capital española, y en alguna medida también la hinchada, no han parado de darle palo al veterano entrenador. La última campaña, más o menos pasable, del buque insignia del madridismo alborotó todavía más a los fustigadores. A sus 30 años, el 7 merengue es el máximo goleador de la Liga de Campeones (61 goles), el segundo goleador histórico del Real Madrid (289 goles), y el máximo artillero de la selección nacional (44 goles). 6 ligas españolas y 3 Copas de Europa coronan una trayectoria brillante. Para cuando finalmente se jubile, Raúl tendrá unos números todavía más espectaculares; varios de sus registros serán directamente insuperables. ¿Por qué motivo un seleccionador se da el lujo de no convocar a una leyenda en activo? A la luz de estos antecedentes, la pregunta no solo es legítima sino casi retórica: no existe ningún motivo válido.

Y sin embargo, aquí estamos. España, tras 44 años, se ha clasificado a la final de la Eurocopa. Se dispone a derribar la última barrera de su sofocante complejo de inferioridad. Con Raúl en el equipo, La Furia se despidió temprano de tres Copas del Mundo y dos Eurocopas. En estas competiciones, el infatigable delantero jugó 18 partidos, convirtiéndo a duras penas 6 goles. David Villa, el heredero de su dorsal en el equipo de Aragonés, ha jugado un Mundial y una Eurocopa, y, con 7 anotaciones, ya le superó.

¿Gana España porque no está Raúl? Quizá sea una conclusión descabellada de los acontecimientos. El caso es que, sin él, el equipo se ha visto cómodo, crecientemente asertivo, con forro de campeón. A cada paso, mil presagios anunciaron su derrota, y sin embargo siguió avanzando. Ahora, sólo Alemania se interpone entre La Furia y la gloria. En unas horas, el fútbol, en su sabiduría infinita, decidirá. Si España gana, lo hará sin Raúl. Ni la historia ni él podrán olvidarlo jamás.

Wednesday, June 25, 2008

Umaña presidente

No ando muy lejos de mi patria, pero la presunta globalización de todas las cosas sobre la faz de este mundo no da como para verse un partido de las finales del fútbol profesional colombiano por televisión. Toca colgarse de una página de internet, aguantarse la transmisión discontinua y pixelada de las hazañas de La Mechita, amenizada por los comentarios de macarras, cobardemente refugiados en el anonimato. Yo paso de eso, pero sigo pendiente del milagroso equipo de Diedo Édison Umaña, que acaba de sellar con una victoria en el principado de Don Berna el paso a la final de su equipo, mi equipo, el equipo de la absoluta mayoría.

Ni la felicidad ni el orgullo me caben entre pecho y espalda. Estas victorias son tanto más sabrosas que las de los ochenta, cuando todo era regalado, comprado a lo que costara. Ahora se siente el esfuerzo, se vive la pasión, la entrega. Los patrones ya no cumplen ni años, el payaso de presidente que tenemos da mas vergüenza que Daniel Ortega, y sin embargo los jugadores han encontrado en su interior la enjundia y la vocación por la gloria que no demuestran, ay, la mayoría de sus paisanos.

¿Quién nos espera en la final? Quiero al Cali, para que mi ciudad asegure cuota de felicidad en estos días aciagos, y porque, si ganamos, será como descubrir que el Niño Dios sí existe. No puedo ni imaginarme siquiera.

Pero mientras tanto, saborear. Llenar el Pascual Guerrero el domingo, alentar a los pelados, reconocerles el esfuerzo tremendo, la faena con la que nos han deleitado. Gracias a ellos, América vuelve a ser tierra firme.

Sunday, June 22, 2008

La furia contra la genética

‘El fútbol es un deporte de once contra once en el que al final gana Italia’, suelen decir en Europa. Con el paso de los años, el dicho –como toda buena muestra de sabiduría popular– ha encontrado validación empírica una vez tras otra. Independientemente de las circunstancias, los italianos siempre se las arreglan para prevalecer. Es como si tuvieran un predisposición genética para la victoria. Con España, el asunto es al revés. Aunque la selección ganó el título europeo una vez (1964), han sido sus repetidas eliminaciones en cuartos de final de los torneos mayores (Eurocopa, Copa del Mundo), las que han configurado el imaginario alrededor de La Furia, el gen perdedor de los españoles.

“Las decepciones les motivarán”, ha sugerido Roberto Donadoni, el entrenador italiano, a propósito del partido de hoy entre Italia y España, por los cuartos de final de la Eurocopa. Su equipo tuvo un comienzo titubeante, como suele pasar, cayendo en estrepitosa goleada ante Holanda en su primer partido, y clasificándose a la siguiente fase segunda en su grupo. España, en cambio, está volando. Ganó todos sus partidos, sus delanteros pasan por un momento brillante, y en el medio Xavi ha sido imperial.

La última vez que estos equipos se encontraron en competencia, España jugó mejor pero terminó perdiendo. Fue en 1994, en el Mundial de Estados Unidos, cuartos de final. El partido pasó a la historia por el codazo con el que Mauro Tasotti le partió la cara a Luis Enrique, y que el árbitro no vio. ‘¡Vendetta!’, clamaba Marca en primera página, junto a la sugestiva imagen del rostro ensangrentado del delantero, apenas se supo del nuevo emparejamiento entre estas dos selecciones. Mala vaina: el periódico deportivo ya se pasó varios pueblos en el último Mundial, cuando se apresuró a ‘jubilar’ a Zidane en la previa del enfrentamiento entre España y Francia. Al pasado, mejor no invocarlo; la historia no está del lado de La Furia.

Si España llega a ganar, será a pesar de fuerzas poderosísimas, en contra de su propia naturaleza. La única victoria de los españoles ante los italianos fue en 1920, justamente un 22 de junio. “Este será el partido por el que me recordarán”, advirtió Luis Aragonés, técnico español, al que no por nada llaman El Sabio. ¿Habrá llegado la hora?

Friday, June 13, 2008

Patrón del Valle

Cuenta el portal deportivo fubtolred, recientemente adquirido por El Tiempo, que el flamante gobernador de los vallecaucanos ha ofrecido nada menos que 300 millones de pesos al club de fútbol profesional de Cali que salga campeón. “¿Querían motivación? Pues bien, Juan Carlos Abadía ha tocado el tema que más le gusta a los equipos”, apunta Héctor Fabio Gruesso, corresponsal del portal en la Sultana.

No dice la nota, publicada hace apenas unas horas, de dónde saldría el incentivo, si de las empobrecidas arcas del departamento, o de los hinchados bolsillos de su mandatario. El anuncio está complementado únicamente con las apologéticas reacciones de miembros de los planteles del América y el Cali, que también posaron con el patricio para la foto respectiva.

Yo no sé mucho de nada, pero me late que el gobernador debería dedicarle más tiempo a los asuntos para los que se hizo elegir. El desenlace del campeonato profesional de fútbol no es problema de Abadía; gobernador del Valle del Cauca no es lo mismo que capo de cartel, por mucho que se parezcan las trayectorias de Abadía a la de los dueños de La Mecha.

El heredero del Movimiento Popular Unido, en donde se han forjado delincuentes de la talla de Juan Carlos Martínez, debería analizar detenidamente la zaga de El Padrino, o la película de la guaca de las FARC, y aprender que, cuando uno corona, hay que comer callado.

Wednesday, June 11, 2008

Ronaldo, el malo

“Llevas en Old Trafford cinco temporadas, pero olvidas que sólo en las dos últimas has jugado bien. Antes, Ferguson te mimó, pese a que eras un piscinero, pese a que eras un chupón que preferías encarar a un defensa para perder el balón antes que pasárselo a un compañero. Incluso pudo haberte criticado por tu actuación ante Inglaterra durante el Mundial de Alemania. Pero te mimó. Ahora te has convertido en un maldito gran futbolista, el mejor del mundo. Pagaría sólo por verte calentar, pero no tienes madurez para saber lo que hicieron por ti”.

(carta abierta de Ian Wright a Cristiano Ronaldo)

Sunday, June 08, 2008

Love Song

El televisor está encendido. Su bocaza escupe imágenes cuya naturaleza, extraordinaria, se me escapa. Corre quien sabe qué día de julio, corre el 86. La pelota la tiene Diego, se saca a dos. Primer cuarto de cancha. Se abre paso por una gramilla hirviendo, es el mediodía («la hora de los raviolis, no la hora del fútbol, viejo»), cruza la raya central. Maradona está de gira con su zurda prodigiosa. Hace unos minutos metió un gol con la mano en las narices del árbitro, del arquero, del mundo. A pesar de la alevosía, evidente en el gesto, nadie la vio, celebramos el primero. Ahora entra en el área, acaba de sacarse al quinto, al sexto, se va a caer. Bajo el estadio Azteca hierve la sangre de los héroes de la gran Tenochtitlán. A los defensas ingleses se les frunce: hay una llama encendida en la espalda del Diez: arrepiéntanse de sus pecados. Qué clase de rockero enorme es Maradona. Engancha al arquero, tira. Cántelo. El mejor gol de la historia. Cuartos de final, México 86, Argentina 2, Inglaterra 1. La magia del uno y el cero se rompió sobre la espalda del pelusa y se derramó. Quedó regada sobre la gramilla del estadio Azteca y temblaba, rendida. Apoyado en mis brazos, la mirada al suelo, me incliné y bebí. Tenía nueve años, fue mi primer amor.

Tuesday, June 03, 2008

La Pampa

Un día, no recuerdo exactamente, durante la última feria, me encontré con un cacique del actual plantel americano, celebrando sus aguinaldos en La Pampa. La disco es un recomendado personal de Juam, que conoce los templos salsosos de La Sultana y no se pierde el festival de coleccionistas del Parque de la Música. Esa ha sido una fantasía recurrente mía, rumbear con mis ídolos futboleros, y, aunque ya me imagino a los cínicos apuntando que en este América no hay ídolos, yo no pienso igual. Para mi, en mi balance personal, estos pelados, y Umaña, ya la sacaron del parque. Conmueve ver a La Mechita metiendo miedo otra vez, acechando con arrebatarle a Millonarios los sobrados de su rancio honor. Me ha tocado perder últimamente, como al América, y aprendí que nadie te garantiza un resultado. Lo único que podés hacer, lo que verdaderamente te define, es jugar bien. Aguante La Mecha.

Wednesday, May 21, 2008

Borondo

Debí haberle creído a las aves de mal agüero, cuando las avisté en el horizonte, luego circulando el cielo, y finalmente arrebatándose el cadáver del muerto. “El Barcelona ha dejado de latir”, explicaba David Torras la semana pasada, en El Periódico de Cataluña. Las directivas exploran el mercado frenéticamente para firmar una figura que apague el incendio, y Frank Rijkaard pasa sus últimos días en La Massia. Yo tuve fe en el difunto hasta el final, sobre todo por lo que había sido en vida, cuando el sol brillaba sobre sus hombros. Pero en buena parte, también, por culpa de este holandés con raíces antillanas. Rijkaard es el único de los protagonistas del levantamiento, y caída, del imperio del Barcelona Feliz de Ronaldinho, que puede emerger de la trágica catástrofe incólume, diría yo que graduado de leyenda.

Cuando ‘Frank’ llegó a Cataluña, se encontró con un equipo perdedor, que había languidecido durante más de cinco años. Apenas dos o tres jugadores de su plantilla habían ganado títulos con el Barsa. La esquizofrénica hinchada ‘culé’ estaba más deprimida que nunca, harta de figuras, técnicos y directivos por igual. En ocasiones el equipo jugaba bien, pero en el largo aliento era incapaz de prevalecer. Graves interrogantes colgaban del cuello de sus principales estrellas. Esta descripción, dirá algún hincha merengue, bien podría aplicarse a las amargas circunstancias del presente, pero, como ya se sabe, ir no es lo mismo que volver.

Barcelona floreció bajo el honrado cuidado de Rijkaard, quien como técnico dio muestras de una pasmosa tranquilidad y una irreparable vocación por el bajo perfil, temperamento diametralmente opuesto al que le caracterizó en las canchas europeas. El video de los escupitajos que le dedicó a Rudi Völler en el Mundial de Italia (1990) todavía le da la vuelta al mundo, cortesía de YouTube. En la Ciudad Condal, en cambio, pocas veces se le vio desencajado. Los enfrentamientos con el Chelsea de José Mourinho, por la Copa de Europa, en los que el holandés se enzarzó en disputas con los árbitros o el técnico rival, constituyen excepcionales reminiscencias del fogoso jugador de antaño.

Abanderado de la ‘auto gestión’ del vestuario, presumiendo la buena fe y profesionalidad de sus figuras, el entrenador respaldó a muerte a los jugadores que le devolvieron la gloria a Barcelona, incluso cuando su equipo empezó a jugar un fútbol inocuo, autocomplaciente, debilidades que terminarían condenándolo a la autodestrucción. Aunque el desenlace de los acontecimientos parece privarlo de la razón, fue gracias a los mimos de Rijkaard que Ronaldinho se hizo crack, igual que Iniesta, Messi, o Eto’o.

“En cinco años, es el único en el vestuario que se ha mantenido fiel a si mismo. Muchos de sus futbolistas no pueden decir lo mismo”, apuntaba Johan Cruyff, autoimputado ‘súper–yo’ del barcelonismo, desde su tribuna semanal en El Periódico. El respetable también indultó al técnico. En el último partido de liga en el Camp Nou, que el Barsa terminó perdiendo 3 a 2 contra el Mallorca, los escasos cuarenta mil espectadores que acudieron al templo ovacionaron a Rijkaard, pero chiflaron a Deco y a Eto’o, y repudiaron con ‘pañolada’ al presidente del club, Joan Laporta. En la previa del partido, los corresponsales que cubren al Barsa homenajearon al técnico con una camiseta naranja, con la inscripción “Mai fumaràs sol” (‘nunca fumarás solo’ en Catalán), en alusión al himno futbolístico británico “You’ll never walk alone’, y a la reconocida adicción del entrenador a los cigarrillos (ciertos caricaturistas catalanes lo dibujaban con una hoja de ‘ganja’ en el fondo). “Lo malo es que lo acabo de dejar”, tiró Rijkaard, quien se hizo célebre por el particular sentido del humor con el que aderezaba ocasionalmente sus previsibles conferencias de prensa. Cuando vuelva, lo invito a un borondo.

Thursday, May 01, 2008

Roman sabe más

Cuando supe que Jose Mourinho se iba del Chelsea con la temporada recién comenzada, y que el dueño del club, el oligarca ruso Roman Abramovich, lo reemplazaría con un apéndice suyo, Avram Grant, calculé que el asunto acabaría mal. Una anécdota de las que publicó la prensa por esos días retrataba de cuerpo entero, para mi, la realidad del club londinense. Contaba la historia que al final del último partido que el entrenador portugués dirigió, Abramovich bajo a los camerinos y le dio una charla técnica a Michael Essien, mediante traducción del ruso al inglés de Andriy Shevchenko. Aparentemente, el magnate consideraba que el crack africano debía jugar más por afuera, no tanto por adentro.

Pues resulta que, en menos de un año, Grant ha llegado más lejos que Mourinho en toda su administración, de dos años y punta, y ha grabado su nombre con letras doradas en la historia del club. El sábado, su equipo venció al Manchester United en la Premier League, igualándole en puntos en la punta de la liga, a falta de dos partidos para decidir el campeón. Y ayer, el Chelsea se deshizo del Liverpool en las semifinales de la Champions, por primera vez en los tres años consecutivos que llevan encontrándose en el torneo continental. El club accede así a su primera final en este torneo, la fantasía de traqueto que trae obsesionado a Roman desde hace años. Convertirla en realidad le ha costado cerca de 500 millones de euros, entre las fichas y los contratos para reunir algunos de los mejores jugadores del mundo. Al principio, utilizó los mismos criterios para seleccionar entrenadores, pero le fue mejor poniendo al mando a un amigote, que a duras penas había dirigido un par de clubes en Israel, y la selección nacional de aquel país. De hecho, la federación de fútbol inglesa le tuvo que pedir a su homóloga israelí que acreditara la solvencia profesional del técnico, ya que éste no cumplía con los requisitos mínimos (la FA exige un ‘cartón’ UEFA, entre otras cosas) para poder dirigir en Inglaterra.

Didier Drogba y Michael Ballack son las grandes figuras de este equipo, que paga los mejores salarios del mundo del fútbol. Drogba convirtió dos goles ayer, en el partido más importante de la temporada, que se saldó con una victoria (3 por 2) para su equipo. El delantero marfileño, de 30 años, termina contrato y podría ser transferido a final de temporada. Se lo considera uno de los jugadores fieles a Mourinho, dentro de la presunta división de facciones que existe dentro del vestuario del Chelsea. Ballack convirtió los dos goles con que el Chelsea derrotó al Manchester United en la Premier el sábado, el último de ellos de penal, casi sobre el final del partido. Tras un comienzo tortuoso en el que se lo acusó, junto con Shevchenko, de ser uno de los ‘amigos de Abramovich’ dentro del vestuario, el ex jugador del Bayern Munich, de 31 años, se ha recuperado de una lesión de tobillo que fastidió la primera parte de esta temporada, y ha conquistado a la parcialidad azul con su mejor fútbol. En una entrevista para unos periodistas de su país, le preguntaron si el Chelsea era un equipo de éxito a pesar de su entrenador. “Bastante clase tendría que tener el equipo”, contestó, como quien dice que sí. En realidad, el éxito del Chelsea lo que demuestra es que Roman sabe más.

Wednesday, April 30, 2008

Se acabó esta farsa

En la cancha, Tévez no se anda con cuentos. Embiste con la fuerza de un miura, la habilidad de un felino, y la inescrutable tenacidad de una hiena. Los titulares de prensa son para Cristiano Ronaldo pero las ovaciones, por lo menos ayer, son para el Apache. ¡Arg-en-ti-no! ¡ar-gen-ti-no! ¡ar-gen-ti-no! , repicaba Old Trafford mientras el delantero de Fuerte Apache, un barrio villero de Buenos Aires, era sustituido. “Cuánto tiempo ha pasado desde que despidieron aquel Estudiantes campeón de la Copa Libertadores al grito de ¡animales!”, tiró Fernando Palomo, el narrador de ESPN. Cierto que los Ingleses encajaron mal la escuela de Zubeldía, Bilardo y la Bruja Verón, interpretando la picaresca latinoamericana únicamente desde la barrera de sus prejuicios sobre lo que consideran adecuado para el ‘beautiful game’. Pero el público inglés es generoso. Si le das, te devuelve. Y Tévez dio ayer hasta para botar. En Barcelona se había sacrificado malamente, en contra de lo que le pide su naturaleza, escorándose a la derecha, pendiente más de tapar a Gianluca Zambrotta que de salir él con algo. Aún así, hizo lo que Ferguson le pidió, sin más. En Old Trafford fue a otro precio. Manchester abandonó la especulación, porque nobleza obliga, y se lanzó a buscar al Barcelona. Carlitos no marcó el gol definitivo, el único de las semifinales, pero sí fue el mejor jugador. El que más hambre tenía de cuantos pasaron por el escenario del Teatro de los Sueños.

Ronaldo el malo, siguió en lo suyo. Aleteó como nunca y sumó otro partido importante en el que su condición de crack queda en entredicho. La prensa inglesa le ha dado palo al pelado portugués debido a su aparente incapacidad para deslumbrar en los partidos importantes. Incluso Frank Rijkaard se metió con él, insinuando en la previa que el penalti fallado en el Camp Nou podría resquebrajar la confianza del (por segundo año consecutivo) mejor jugador de la Premier. Anoche no apareció, tampoco hizo falta, porque su equipo se impuso con un golazo de Paul Scholes, el sí un crack veraz. La última cita con el gol del centrocampista inglés había sido en noviembre del 2007, y sin embargo no dudo en aprovechar el increíble regalo que le hizo Zambrotta cuando transcurría el minuto quince. El lateral italiano puso en sus pies una pelota que debió rechazar –como si todavía jugara en el Calcio–, y el veterano Scholes vacunó.

El gran ganador de las semifinales fue Álex Ferguson, el técnico que cumple su temporada 22 al frente del Manchester United. Recuerdo con nitidez que los comentaristas especializados, ante unos años en que su equipo se fue en blanco, pedían su retiro: está muy viejo, perdió competitividad. En 1999, Ferguson conquistó la segunda Copa Europea del ManU. Ayer volvió a clasificar a su equipo a la instancia definitoria del campeonato más apetecido del fútbol de clubes, a celebrarse a finales de mayo en Moscú. “La cualidad más estremecedora de Ferguson es su disposición a reinventarse a sí mismo y a su equipo, día tras día, temporada tras temporada”, apuntaba acertadamente James Lawton, quizá uno de los mejores cronistas deportivos británicos. No de otra forma podría el furibundo y despótico ‘boss’ haber sobrevivido durante dos décadas al máximo nivel de exigencia profesional, social y mediática.

“¿Saben cuál es el país más importante del mundo?”, dicen que suele preguntarle a los jugadores de su equipo. “Si, jefe: ¡Escocia!”, saben responden ellos, casi automáticamente. Nacido en Govan en 1941, ex jugador del Glasgow Rangers, en su dilatada carrera como técnico Ferguson ha ganado 9 ligas inglesas, 5 copas, 2 copas de liga, 7 Community Shields, 1 Copa Uefa, 1 Copa Intercontinental, 7 Supercopas y 1 Champions. Sin duda su mejor temporada fue la 1998-1999, en la que el Manchester United ganó su único triplete (liga, copa y Champions), y en el que la reina Isabel lo nombró caballero de la corte. Famoso por sus rabietas y por su rigor, sir Alex ha llegado al punto de multar a uno de sus jugadores porque lo rebasó en la carretera, lo que consideró una falta de respeto; o de abrirle la cabeza a Beckham con un guayo en el camerino, luego de un partido importante que no había salido bien.

Manchester United ganó su segunda Liga de Campeones en el Camp Nou de Barcelona, sobre la hora, frente al Bayern Munich, aupado sobre una generación fantástica de jugadores, criados por Ferguson ahí mismo en Carrington, la ciudad deportiva del club: Paul Scholes, Ryan Giggs, David Beckham. Beckham ya se fue, como en su momento se retiraron el mítico capitán Roy Keane o el goleador Rudd Van Nistelroy, sin que el equipo del técnico escocés notara la ausencia de los viejos bastiones. El año pasado, luego de la partida del delantero holandés, los Diablos Rojos se hicieron con la Liga Premier, marcando el mayor número de goles del campeonato. Durante las semifinales frente al Barcelona, Ferguson demostró respeto y admiración hacia su contrincante, así como una fiera determinación a que no se sacaran conclusiones precipitadas sobre su equipo, que parecía dudar en el momento cumbre de la temporada. “Estamos a dos partidos de ganar la Liga Premier, a dos partidos de ganar la Champions . . . un desastre”, tiró de la ironía el sexagenario técnico en la conferencia de prensa, ante una pregunta en esa dirección. El resultado de ayer le da la razón, una vez más, a esta leyenda viviente del fútbol inglés y mundial.

____________________________________


Todos compartíamos la impresión, cuando menos la intuición, de que en Manchester se definía no sólo la suerte de la temporada, sino la de una era en el Barcelona FC. Alfredo Relaño, director del Diario AS, sugirió que Barcelona buscaba en el fondo de su alma. “Los últimos segundos de un equipo”, adelantó el escritor Juan Cruz, culé de mostrar. ¿De este equipo que cayó en las islas con sus botas, su espada, su sombrero de toda la vida, se recordarán las luces o las sombras? Han dicho que este año fueron dos distintos, uno en La Liga y otro en la Champions. Pero el Barcelona mostró contra el Manchester la misma incapacidad para convertir una abrumadora posesión en goles que ya había arruinado sus aspiraciones de alcanzar al errático Madrid. Sí se entrevió otra actitud, alguna vitalidad, que disimuló cuanto pudo el bajo tono físico de varios jugadores barcelonistas. Faltaría más; eran las semifinales de la Champions.

“El Barca se juega la temporada a un partido, signo inequívoco de su extravío”, sentenciaba Ramón Besa, de El País. Así es, el crédito se agotó ayer, pero este equipo anduvo en rojo un rato largo. “Final de ciclo”, tituló el portal del capitalino Marca al final del partido, mientras los jugadores del equipo catalán mostraban un ánimo contemporizador en la zona mixta. “No vamos a sacar conclusiones en caliente”, advirtió Charles Puyol, el capitán. Rijkaard aseguró que se quedaría, antes de matizar: “otra cosa es que te pidan que te vayas”. “Este equipo aún es joven y puede volver a ganar”, sugirió por su parte Deco, uno de los que aparece en todas las listas de candidatos a abandonar la disciplina azulgrana que circulan en los medios.

Pase lo que pase, queda lo bailado, lo que se lleva puesto adentro. ¿Alguien vio a un jugador como Ronaldinho en los últimos tiempos? ¿Habrá juego más estilizado que el del Barcelona? Frank Rijkaard llegó hace cuatro años, con la grandeza de sus tiempos de jugador, y poca experiencia en el banquillo. No era la primera opción del presidente Joan Laporta, pero fue con quien se pudo llegar a un acuerdo. Ronaldinho se puso la camiseta del Barsa ese mismo año. Ambos revolucionaron al club, lo volvieron una referencia mundial, un equipo casi irreductible. Pero hace dos años cambió el rumbo, y hoy el Barcelona es un gigante derrumbado. Aunque uno quería otra cosa, este desenlace amargo de una historia que se suponía feliz, es lo que mejor le sienta a la personalidad bipolar del club y su inefable ‘entorno’. El Barsa no es el de las hegemonías, ni los finales felices, sino el de las dudas, siempre las benditas dudas. Y el que vive y muere en su ley, la única que reconoce.

Thursday, April 10, 2008

Adivino la final

Liverpool aupó al Arsenal de la Champions con una goleada en casa, y un repaso táctico de Rafael Benítez. La muchachada de Arsene Wenger se estrelló una y otra vez contra el embudo del Liverpool, y Fernando Torres se doctoró con una joya para la corona de la vieja Copa de Europa. Recibió de espaldas, se deshizo de William Gallas como de un chivato y clavó un misil en el techo del arco de Almunia. El Niño ha destapado el tarro de las esencias en Inglaterra, marcando, con éste, 29 goles en su primera temporada en Londres. Arsenal empató brevemente, jugadón de Theo Walcott mediante, pero un penal dudoso ejecutado con sangre fría por Gerrard puso las cosas en su sitio. Apague y vámonos.

Benítez enfila baterías hacia su tercera final de Champions en cuatro años. Los números están ahí, su manera de ganar no tiene nada de casualidad y todo de acierto, de meticulosa obsesión en prescindir del azar. Los Reds han comprado con criterio, la plantilla estrecha que en su momento ganó la quinta Orejona se ha transformado en un mar de posibilidades: Dirk Kuyt, Ryan Babel, Lucas Leiva, Yossi Benayoun, Peter Crouch, Fabio Aurelio. La política de rotaciones que Benítez aplicó a rajatabla, aunque le costara críticas despiadadas por parte de la prensa, significa que su equipo llega a abril más o menos fresco, en todo caso sin ninguno de sus jugadores clave lesionado (uno: Daniel Agger, defensa central).

Carragher es el bastión atrás, el mejor guardaespaldas de Reina, que nunca desentona. Mascherano la rompe en lo suyo, se ensucia para quitar y se pone el traje para jugarla. El Jefecito fue una apuesta de Benítez, que lo rescató del West Ham United, pero sobre todo de las manos de Kia Joorabchian, y del grupo MSI, antiguos dueños de su pase. Hay un dato revelador respecto de Mascherano. Fue titular con la absoluta argentina primero que con la primera de River Plate. El Loco Bielsa le tenía toda la fe. El volante se fue del equipo de Núñez hacia el Corinthians, donde se juntó con Tévez. El grupo representado por Joorabchian estaba a cargo del club. Los jugadores no eran del Timao sino de MSI. El iraní tenía la intención de hacerse al West Ham, y se suponía que el traspaso de Mascherano y Tévez hace dos temporadas era el prólogo al arribo de un nuevo dueño. El delantero terminó jugando, marcó los goles clave en la batalla por la permanencia, pero el Jefecito no tuvo minutos, y pasó buena parte de la temporada por fuera de la convocatoria, ni siquiera en el banco. Cuando Benítez lo pidió prestado, Mascherano no existía para el fútbol inglés. Ahora es el capo del medio, no solo corazón sino también clase. Al punto que Benítez se animó a compararlo con Roy Keane, legendario capitán del Manchester.

Xabi Alonso es de los pocos jugadores que siguen siendo titulares luego de cuatro años. El vasco estuvo en la épica remontada de Estambul, la noche en que se fueron al descanso perdiendo tres a cero y terminaron el partido abrazados a la Orejona. Técnicamente, o en el criterio para elegir los recorridos de la pelota, Alonso no tiene nada que envidiarle a Mascherano. Para un técnico defensivo, Benítez pone en la primera línea del medio a dos jugadores más completos que el perro de presa, modelo para la posición.

Igual que su Valencia, este Liverpool es letal. Se sabe defender, hace relevos perfectos, ahoga al rival, y, adelante, ha aprendido a no perdonar. Con la llegada del Niño en el verano, Benítez puso a su capitán, Steven Gerrard, en una función ofensiva, partiendo del mediocampo. El ídolo de Anfield, héroe en Estambul, ha explotado con el reposicionamiento. Está más cerca que nunca del arco rival, y se encuentra con Torres en todo el frente de ataque. Entre los dos han marcado casi cincuenta goles en su primera temporada juntos.

El rival del Liverpool en semifinales será el Chelsea, cuyo técnico, Avram Grant, superó todas las expectativas manteniendo la competitividad del equipo después de llegar, de bruces, a principios de temporada. Chelsea es segundo en la caza por el título de la Premier, y se clasifica por cuarta vez consecutiva a las semifinales de la Liga de Campeones. Las dos últimas fue eliminado por el Liverpool, que metió dos goles y concedió uno en toda la serie. Y eso que el equipo era más peligroso con Mourinho. Rafa estará en Moscú.

_____________________


Barcelona llega al momento culminante de su temporada, da la impresión, a punto de desplomarse. Ronaldinho se ha despedido –no sé si volverá ©©– y Messi, su sucesor, sigue lesionado. En La Liga, el equipo de Rijkaard no ha podido controvertir el liderazgo del Madrid, aun cuando el conjunto merengue ha perdido seis partidos desde enero (Schuster ya superó el total de derrotas del equipo campeón de Capello). El domingo anterior, los culés se dejaron dos puntos más, en el Camp Nou, ante el Getafe de Laudrup, contendor en la Uefa, finalista de la Copa del Rey. La hinchada se hartó y despidió a su equipo con una frondosa ‘pañolada’, agitando sus pañuelos, papeles, los programas del partido, lo que fuera. La pañolada es una institución del fútbol español. Significa que se agotó la paciencia, que habló el respetable.

Ante el Geta, Barcelona estrelló tres balones en los palos, y se quedó sin marcar. Esta temporada, al equipo le cuesta un trabajo enorme hacer goles. Lesioando Messi, desaparecido Dinho, Henry los convierte a cuentagotas y Eto’o arrastra los dolores de su temporada febril. En medio del desconcierto, da la impresión de que el equipo se ha abandonado a Bojan Krkic, el muchacho de Linyola, hijo de padre serbio y madre española. Rijkaard trató de dosificarlo cuanto pudo, introduciéndolo con cuidado en el ‘entorno’ característico del barcelonismo. Sin embargo, la precocidad del chico, de 17 años, y su relación primeriza, intuitiva con el gol, han suscitado comparaciones con el marchito prodigio del madridismo, Raúl. La descripción de Deco es buenísima. “No tiene regate, pero regatea; no posee remate, pero remata, y no se marcha en velocidad, pero se marcha. No tiene nada, pero lo tiene todo. Es como Raúl”.

Bojan ha convertido nueve goles en lo que va de temporada. Ocho en La Liga, y uno en la Champions, hace ocho días. Emociona verle entre dos gigantes como Henry y Eto’o, repartiéndose el ancho del ataque culé. Unas veces se escora a la banda derecha, una función en la que Rijkaard ha admirado su disciplina táctica; otras emerge como nueve, marcando a pase de uno de los cracks, o de puro oportunista. Ayer, en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones, jugó quizás el mejor partido de su cortica carrera profesional. Llevó y trajo como quiso al marcador izquierdo del Schalke 04, cruzando con peligro hacia sus compañeros en el área. Sin embargo, Rijkaard lo sustituyó temprano, primero que todos. El Camp Nou no comulgó con la decisión, y se manifestó con una nueva pañolada, la segunda, en una semana, de los cuatro años y medio de administración de la Junta Directiva de Joan Laporta.

Los números de Bojan son impresionantes, pero no es cierto que el equipo dependa de él. El pelado tiene mucho más futuro que presente. El presente del FC Barcelona lo constituyen dos jugadores que, igual que el delantero, se educaron en La Masía, el complejo deportivo donde entrenan las diferentes divisiones del equipo de fútbol. Si el Barcelona no se ha despeñado, es por su culpa. El fútbol que le queda al equipo pasa por sus pies. Ambos llegan en forma a las semifinales, cualquiera vendería camisetas en Milán, Manchester, Madrid o Londres. Cesc, por el que dan tanta lora, se tuvo que ir porque los tenía por delante, y en la selección debe conformarse con cargarles los balones. Uno pasa de cuatrocientos partidos con el equipo, el otro hace igual de él mismo que de Ronaldinho. Xavi e Iniesta. Ellos son el presente.

Este Barcelona es el que ganó el título hace dos año, mejorado. Por las bandas, con Zambrotta y Abidal, por el medio, con Yaya Touré, y, por delante, con Henry. Al francés lo chiflaron ayer , aun cuando el partido estaba resuelto a favor de los locales. Yo sigo esperándolo. Trato de adivinarle algo, interpreto sus movimientos, sus reacciones. Tití tiene tres partidos para decir en la cancha lo que traiga guardado entre pecho y espalda. En el peor escenario, habrá sido edificante para Bojan y Messi convivir con un profesional intachable, un modelo de crack diferente a Ronaldinho. Hace dos años no estaba Messi, es probable que esta vez pueda jugar minutos en las semifinales. Me parece que vamos a ver, a finales de abril, despidiendo a la Champions en el Camp Nou, y luego en Moscú, a un Barcelona arrollador, a punto. Sus brujos encendidos, el hambre de sus leones enardecida. Un campeón reivindicado. Un lobo defendiendo a la manada por última vez.

¿Por qué no el Manchester? Aunque practica un fútbol continental, comparado con otros equipos ingleses, ha tenido problemas para trasladar su hegemonía local a la Liga de Campeones. En sus veinte años al frente del club, Alex Ferguson solo ganó una Orejona, en la única final que disputó. La temporada pasada, Milán los anuló en semifinales. De la misma forma, creo que el Barcelona será demasiado rival para los ingleses. Dicen que los Diablos Rojos llegan embalados, intratable Cristiano Ronaldo, golazos por todas partes, Tévez puntual en su cita con el gol. Le tengo más miedo al argentino que al portugués, que me parece medio cagón, aunque a lo mejor son impresiones mías.

Hace poco Zambrotta dijo en una entrevista que había jugado más balones en año y medio en Barcelona que en cuatro años en el Calcio. “Allí te enseñan que, si eres defensa, basta con recuperar la pelota para que no te metan gol. Aquí, no; ser defensa en el Barça exige mucho. Debes pensar en muchas cosas. Debes hacer un trabajo de calidad porque estás obligado a participar en el ataque y ser exigente en todas las decisiones. No es fácil ser lateral en el Barça. A mí me ha obligado a una reforma. La diferencia está en tener la pelota y jugarla.”

El primer gol de Bojan en la Champions, ante el Schalke en Alemania, cayó después de 21 pases consecutivos de su equipo. El fútbol de La Liga es, de lejos, el más elaborado de Europa. Aparte de la calidad de sus jugadores, evidente en el desempeño de sus exportaciones a la Premier, el fútbol español cultiva una tradición táctica, la escuela de Benítez, Juande Ramos o Quique Sánchez. El exigente medio obliga a los equipos que viven de la pelota a perfeccionar sus habilidades. De ahí sale el Barsa, de eso habla Zambrotta. Los ingleses hacen más plata, pero el mejor fútbol viene de España.

La final ante el Liverpool será (si es) a otro precio. Liverpool es el coco, cuenta con lo mejor de los dos mundos: el inglés y el español. Igual, me late, ganará el Barsa. Sobra advertir que me puedo equivocar. Tal vez debí haber comenzado por ahí.

Thursday, April 03, 2008

Vive

Al fútbol colombiano lo han tratado de matar más veces que a Fidel, y a lo mejor termina muriéndose como él, de puro viejo, pero por ahora, nuestro denostado y malhabido balompié sigue manifestando signos vitales. Ayer me tocó un latido en el Campín: Millonarios 3 –América 1. Partidazo. Algún hincha de la Mecha me echaría en cara el término festivo, porque fue una goleada en contra, pero es como el otro día, cuando el Atlético, liderado por el Kun Agüero, pisoteó al Barsa. La pelota promete amor eterno, aunque se deja querer por todos.

Ayer quiso a Millonarios, que ganó tres a uno, un poquito también al América. Como Umaña paga suspensión por el peligroso ridículo que hizo en el penúltimo clásico, Álex Escobar ofició de profe. Me alegró ver al Pibe del Barrio Obrero dando indicaciones desde la banda. Álex es un símbolo de la Mecha. Espero que retirado, la hinchada le muestre el respeto que le escatimó cuando jugaba.

El primer tiempo fue como un festín. Tres goles, dos expulsados, la remontada del local. Los hinchas de Millos gozaron de lo lindo. En el Campín había un gentío bravo. Aunque los azules eran mayoría, la fanaticada americana en Bogotá suele manifestarse en números más que respetables. Los de Sur con su bullaranga, ínsulas en Oriente y Occidente. Un marco de partido grande para dos equipos que (desde hace un rato) se disputan los sobrados de los primeros en la tabla. Tornado en fantasma el uno, símbolo de la vergüenza el otro, significan todavía algo más, si pueden congregar a la gente, haciéndose cargo de sus ilusiones para bien o para mal.

América jugó solo un tiempo, el primero. Un gol en la madrugada y, después, al menos tres chances claras. Millos luchó por lo suyo. Era un forcejeo sin dominador claro, podía pasar cualquier cosa. Llegado el momento, el arquerito local respondió, aunque he sabido que le maltratan en los mentideros. La expulsión mató al América, que se quedó romo sin su ariete.

Luego del descanso, el equipo fue otro. Manso, estático, nadie se desmarcaba, nadie se atrevía. El fútbol de la Mecha pasaba por los pies de Jhon Valencia, y así nos fue. La técnica del volante supera la del picapedrero común, pero pedirle que se le ocurra algo es pasarse varios pueblos. Lástima que no estaba Otálvaro, el diez natural. Reina fue titular. De él se esperaban maravillas, ahora nos conformaríamos con cierto tipo de normalidad.

Eventualmente, Millonarios metió el tercero, pero la goleada pudo ser peor. Hacia el final América se salvó un par de veces. No me alegro de perder, pero sí de encontrarme otra vez con la Mechita. Saber que anda bien, teniendo en cuenta las circunstancias.

Sunday, March 30, 2008

Esta canción, se suponía, fuera de alegría

Este fue el domingo en que los fantasmas se tomaron la casa. Todo aquello cuanto parecía irreal, leyenda de mentideros, calumnia, puede volverse cierto. El Barcelona ha bajado los brazos otra vez. Y se ha llevado un golpe a la mandíbula, ha besado la lona. Pasar de ganar dos cero a perder tiene esas cosas. Perder los partidos que hay que ganar tiene esas cosas. Llenarse de razones para no cambiar tiene esas cosas. Ronaldinho se parece cada vez más a Ronaldo, el Barcelona se galactizó. Los egos, la relajación, las peores mañas del grupo se terminaron devorando una oportunidad dorada, un resquicio hacia la historia, el ajuste definitivo de cuentas con el Madrid. Casi que sin disfrutar del todo los tres primeros años de Frank Rijkaard y Ronaldinho en el Barsa. Un equipo maravilloso que juntó todas las cosas buenas de la escuela culé. Cuesta creer que son ellos mismos, los de ahora, los que llenaron de gloria al equipo. Pero son ellos. Son ellos. Todavía no ha llegado la hora de la verdad, no del todo, así que mientras se pone ese último sol, el equipo se debe, nos debe, un arreón postrero, una patada de ahogado, la voluntad de imponerse a las circunstancias, de estar vivo. La derrota de Frank es la derrota de nuestros mejores ángeles, en una batalla épica que se llevó a cabo en los campos europeos, y que durante algunos instantes estuvo ganada. Como el sábado pasado.

Thursday, March 27, 2008

Heysel y ahora

Hace más de veinte años, el 19 de mayo de 1985, Liverpool y Juventus se encontraron en el estadio de Heysel, Bélgica, para definir la Copa de Europa. El partido se había promocionado como un espectáculo de fútbol ofensivo entre las escuadras más poderosas del continente. En el equipo italiano jugaba Michel Platini, el Balón de Oro reinante, mientras que el legendario Ian Rush comandaba el ataque de los Reds. Sin embargo, al día siguiente no eran las jugadas maestras de los cracks las que copaban los titulares de los periódicos, ni retumbaban en la memoria las emociones de la final más apetecida del viejo mundo. En su lugar, la violencia se adueñó del escenario y la noche de gala se trocó en carnicería. El recuerdo de la tragedia de Heysel se convirtió en el símbolo de la era más oscura del fútbol inglés: el ‘hooliganismo’.

En ese entonces, Inglaterra era sinónimo de liberalismo salvaje, recesión económica, huelgas interminables, y hordas de fanáticos buscando pleitos en los estadios. Las hazañas del Liverpool, que dominaba en el continente y en las islas, pasaban a un segundo plano ante la avalancha de relatos sobre sangrientas broncas durante los partidos, extremismos de todos los colores, muertos y malheridos. Las Firms, las barras bravas, llegaron a ser más conocidas que sus clubes. Chelsea no tenía un equipo competitivo pero el National Front, su Firm, estaba entre los más virulentos. Los partidos de la liga inglesa eran sucesos de orden público. El Beautiful Game se estaba quedando con lo peor de sus tiempos.

En Heysel murieron 39 personas, y resultaron heridas más de seiscientas. Todos los muertos eran italianos. La mayoría se fue de este mundo aplastada por una estampida humana. Un error en la organización permitió que en el Bloque Z, una malograda reja separara a un grupo de aficionados incidentales de la Juve, de la barra brava del Liverpool. En ese entonces las tribunas populares no tenían asientos, sino que eran gigantescas terrazas en las que los espectadores observaban los partidos de pie. Noventa minutos antes de que comenzara el partido, era evidente que una catástrofe estaba cociéndose. Los fanáticos del Liverpool habían comenzado lanzando rocas, latas de cerveza e incluso ladrillos hacia los italianos. Para sorpresa de los hooligans, la reja cedió ante sus primerar cargas de infantería. Los hinchas de la Juve huyeron despavoridos pero se entramparon en los cuellos de botella de las salidas. No había policías por ninguna parte. Cuando el partido comenzó, los cuerpos de los muertos estaban apilados en la pista atlética. La orden era jugar.

Los ingleses tendrán que cargar por siempre con el horror de Heysel, y otras matanzas similares producto del hooliganismo. Pero las imágenes dantescas de aquella noche de mayo provocaron una reacción que, después de dos décadas, ha conducido a la recuperación del fútbol inglés, hoy por hoy la liga más poderosa, más seguida, del planeta. Entre las medidas que se tomaron para enderezar el cauce, se han considerado de primera importancia la implementación de estadios con silletería numerada en todas sus tribunas y circuito cerrado de televisión, y, por parte de los que organizan el juego, el endurecimiento de la legislación penal asociada a la violencia en el fútbol, así como de las normas internas de los clubes: cero tolerancia, identificación y penas para los agresores, expulsión vitalicia de los estadios. Dice mucho de ese pueblo que veinte años después hayan encontrado las salidas a su encrucijada. Podría afirmarse con cierta certeza que los ingleses han extirpado el hooliganismo, por lo menos sus expresiones más radicales, de su fútbol.

Ahora es el momento de que la gente en Colombia se le mida a ese mismo desafío, sin necesidad de que lleguemos al extremo de tener que contar centenares de muertos en la mitad de un partido. Ya llegamos al extremo del clásico del otro día, en el que una pelea interna del Barón Rojo se saldó con ochenta heridos. Por lo que sé, Umaña atizó la crispación con su comportamiento temerario y sus salidas en falso. Desde el técnico del América hasta el Pibe, todos los que tienen que ver con la pelota criolla tienen la obligación de ponerle el pecho a la situación, estar a la altura y defender los valores deportivos del fútbol. Muy especialmente los señores de Coldeportes, que han cohonestado el desgobierno de la Federación y la Dimayor. No estoy seguro de si existe un fútbol más pirata en el océano de filibusteros que es la FIFA, pero estamos con los punteros. Desde la época de El Dorado hasta hoy hemos mantenido izada la calavera.

Que el castigo para el América por lo del clásico sea ejemplar, pero que las soluciones del problema de fondo no se queden enredadas por el camino. De otra manera, estamos condenados a seguir azotándonos contra las paredes cuando quiera que tratamos de huir de la realidad que carga en contra nuestra.

Thursday, March 13, 2008

Íker, el único

Del Madrid no me gusta nada. Ni su pasado franquista, ni su presunción de superioridad, ni la autocomplacencia de sus hinchas, ni su obsesión con las apariencias. Cuentan que Kaka' jugó un amistoso en el Bernabeu cuando era jugador del Sao Paulo, y se lo ofrecieron a Florentino Pérez, a la postre presidente merengue. El mandamás no lo quiso porque su nombre podía prestarse para confusiones. "Si en verdad es tan bueno, lo fichamos después por sesenta kilos", le aconsejaron al presidente. Comprar estrellas a golpe de talonario no tiene ninguna gracia, eso lo puede hacer el Chelsea. La gracia es forjarlas en tus propios hornos.

En la Casa Blanca dieron tanta lora con el tema de los Galácticos que terminaron ahogándose en el discurso. El despiste llegó al punto de que echaron como un perro al único técnico que los hacía ganar, Vicente del Bosque, dizque porque le faltaba clase: el Bigotón a duras penas hablaba español, y no usaba corbatas de diseñador. Su reemplazo, Queiroz, era fluido en varios idiomas pero ignoraba el único lenguaje importante: el de la pelota.

Se supone que en el Madrid jugar bien es fundamental y sin embargo llevan más de cinco años dando tumbos, aferrados a una idea que hace rato dejó de ser verdad. El club cambia de entrenador por lo menos una vez al año, y cada verano revienta el mercado comprando figuras. En Europa, el Real es un fantasma que solo asusta a los niños pequeños, se ha convertido en un equipo perdedor. Si ganó la última liga fue por gracia divina (dios todavía está de su lado), y con la invaluable colaboración del Barcelona.

Quizá lo más desconcertante de la decadencia merengue es la manera como se la han tomado al interior del club. En lugar de rectificar, disfrazarse de humildad y comer callados, siguen dele que dele con la cantinela habitual. En diciembre, a mitad de temporada, embalado por el triunfo de su equipo en Barcelona, el presidente Ramón Calderón ensilló sin traer las bestias, prometiendo prima extra por ganar el triplete (Liga, Copa del Rey y Champions). Tres meses después, el Madrid solo aspira al título de liga, mientras que Bernd Schuster, su técnico, califica de ridícula la aspiración al trébol. Pero el alemán también mete la pata. El otro día sugirió que el origen catalán del árbitro explicaba la derrota de su equipo. Varias fechas después, cuando los errores del central le dieron una victoria inmerecida, los periodistas le preguntaron dónde creía que había nacido el juez. Schuster encontró intolerable el atrevimiento, se levantó y se fue. Lo que se dice un patán.

La figura más prometedora del club, el heredero de las llaves de la Casa Blanca, es Sergio Ramos, un defensa que pega como el Chaka Palacios (17 tarjetas amarillas y 2 rojas en la temporada) pero que pretende ser el sucesor de Paolo Maldini. ¡Maldini! No se puede negar que Ramos tiene sus virtudes, pero si de verdad aspira a emular al gran Paolo, le recomendaría que comenzara por cambiar de actitud. Los tabloides de Madrid suelen hacerle fotos saliendo de las discos a la madrugada, meando en las paredes, botando a la calle los sobrados de las hamburguesas que se traga para pasar la peda. Maldini es un señor. Ramos se parece cada vez más a un niño malcriado.

¿Y dónde me dejan a Raúl? ¿Cuál es su raye, señalándose el número de la camiseta cada vez que marca? ¿Está tratando de demostrar algo? ¿Le da rabia el sueldazo que le pagan? ¿Lo bien que lo tratan? Aparte de sus números –impresionantes, qué duda cabe–, basta verlo jugar para saber que el delantero ya no tiene nivel. Es un sofá, el símbolo de lo mal que anda el Madrid. Hasta el seleccionador nacional le cerró la puerta. Los únicos que lo piden son los hinchas merengues, atrapados como están en una realidad paralela.

Del Madrid no me gusta nada, o casi. Se salva Casillas. Es uno de los mejores arqueros del mundo, pero no necesita restregárselo a nadie en la cara. Íker es una persona cabal, un tipo sensato, con los pies en el piso. Nunca le van a oír declaraciones para la galería, cegado por su propia vanidad, o atizando los fuegos de las guerra tribales que dividen al fútbol ibérico. Y eso que lleva toda la vida en el Madrid. Esa es su mayor virtud: ha crecido en un medio malsano, donde todos andan de pipí cogido, excusándose en los demás, tan contentos siendo ellos y, contra todo pronóstico, ha salido normal. Ayer, por ejemplo, dijo, ante el estupor de la prensa oficialista, que cambiaría su situación por la del Barcelona. Cierren la boca señores, ¿cuál es la sorpresa? A estas alturas, los culés están vivos en todas las competiciones, mientras que al Madrid solo le queda La Liga. Solo un idiota preferiría fracasar a aspirar a la gloria.