Saturday, June 24, 2006

La guerra de los mundos

Se acabaron los preámbulos. A partir de hoy, el que pierde se va, el Mundial comienza de verdad. Hasta ahora, los partidos han servido para entrar en ambiente, para recordar que no existe un acontecimiento parecido en el calendario orbital. Cientos de millones de personas sin distinción de raza, clase, nacionalidad o culto palpitan al ritmo de los pases de la selecciones que se baten en suelo alemán.

Los colombianos conocimos el sabor, estuvimos en el baile, y lo desentrañamos de la memoria cada vez que suenan los himnos durante los actos protocolarios, cada vez que pasan las imágenes de las multitudinarias caravanas celebrando en los países clasificados. En el pasado nos tocó, ahora es el turno de otros (amargura, señores, que a veces me da), los dieciséis mejores del Mundial: un africano, uno de Oceanía, diez europeos y cuatro latinoamericanos.

El país anfitrión, de entrada, es el gran ganador de la primera ronda. Por primera vez después de su reunificación, Alemania se descubre ante el mundo. Una nación que ha aprendido a lidiar con su pasado, y que ha decidido enfrentar el futuro sin los muros que la flanquearon durante la posguerra.

La final de la Copa se disputará en el Olympiastadion de Berlín, construido para albergar los Olímpicos organizados por la Alemania Nazi. En su pista atlética, con el propio Fuhrer como testigo, Jesse Owens se pasó por la faja la basura aquella de la supremacía aria y se colgó cuatro medallas de oro. No se trata de olvidar, sino de aprender. En un presente en el que los nacionalismos se ciernen de nuevo sobre Europa, lo de Alemania es una lección de humanidad. Miles de corresponsales se han encontrado con una sociedad plural, diversa, con minorías integradas, harto diferente a la que sugieren los clichés.

La selección que la representa también ha cambiado. Juega a contrapelo de lo que la tradición indica. Jurgen Klinsmann, su entrenador, ha complementado el estilo directo, de pelotas largas que se peleaban en el aire, con uno más técnico, basado en la posesión del balón y su distribución criteriosa. De esta manera, el equipo se beneficia de la capacidad técnica de jugadores como Ballack, Poldolski, Scweinsteiger o Lahm.

La hinchada teutona, inicialmente escéptica, se enganchó con la agónica victoria sobre Polonia en primera ronda, luego de un partido vibrante y pleno de significado histórico. Las goleadas a Costa Rica y Ecuador demostraron que estábamos ante el equipo más ofensivo del certamen. Ninguna selección presiona como Alemania, con esa agresividad y esa constancia.

El partido de hoy contra Suecia resultó un mero trámite en el que Lucas Podolski y Mirsoslav Klose confirmaron su buen momento. Los polacos de nacimiento andan enchufados, juegan el uno para el otro, lejos del egoísmo característico de los delanteros.

Phillip Lahm, el lateral izquierdo, ha sido una de las revelaciones del torneo. Al jugar con el perfil cambiado, cuando engancha hacia adentro es capaz de hacer mucho daño. Así marcó ante Costa Rica uno de los goles más bellos de la Copa. Regateó a un rival y clavó una rosca en el ángulo del segundo palo. Hay que tener cuidado con sus remates y centros de derecha. Schweinsteiger también suele jugar por la izquierda, con el perfil cambiado y excelentes réditos para su equipo. Barcelona impuso la tendencia, escorando a Ronaldinho sobre la banda izquierda y a Giuly o Messi por la derecha. Hubo alaridos y llanto, pero el truco funcionó.

El desempeño de Michael Ballack en las fases definitivas es la clave para Alemania. El jugador del Chelsea trasegó la primera ronda a media máquina y si se pone a tono el futuro es largo para la Mannschaft. Su actuación frente a Suecia confirma que está jugando mejor, y cuando se encuentre con el gol (todavía no marcó) será fundamental.

Una verdad de a puño en los mundiales es que la historia se impone, no hay mucho margen para las sorpresas. El pez grande se come al chico. Los títulos se reparten entre los que ya tienen. Los anfitriones llegan a semifinales, y con frecuencia se quedan con la Copa. Aunque las sorpresas están bien ¿uno intuitivamente las desea¿, pueden arruinar un torneo. Nadie va a negar que las semifinales en 2002, con Turquía y Corea del Sur en plan de colados, nos hicieron extrañar a los gigantes caídos en el camino.

La lógica volvió a reinar en Alemania. Ningún histórico se quedó en la primera fase, lo que significa que veremos varios partidazos. Uno de ellos será entre los locales y los argentinos en cuartos de final. Los finalistas de los mundiales de 1986 y 1990 se sacarán chispas en un clásico de todos los tiempos. El vencedor estará, casi seguro, en Berlín el 9 de julio.

Argentina ha desplegado el fútbol más vistoso del campeonato. Hoy, México la puso contra las cuerdas, pero no alcanzó a darle la talla. Crespo, Saviola, Tévez y Messi pueden abrir un boquete en cualquier defensa, y Roberto Ayala ha estado imperial atrás.

La albiceleste era más de lo que Lavolpe y sus muchachos podían digerir. Una espléndida volea de zurda de Maxi Rodríguez decidió el partido en el segundo tiempo suplementario. Apeas fuera del área, por la zona derecha, el jugador del Atlético de Madrid recibió con el pecho un cambio de frente de Juampi Sorín y la empalmó sin que tocara el suelo. Oswaldo Sánchez voló pero no pudo evitar que la pelota se le colara por el segundo palo.

Si bien es cierto que Juan Román Riquelme, un enganche a la vieja usanza, no es el jugador rápido y directo que impone el ritmo del fútbol de clubes europeo, no lo es menos que el argentino se ha ganado un lugar entre los grandes jugadores de la actualidad. Su estilo cadencioso, cerebral y no físico, requiere, para brillar, que todo el equipo se construya alrededor suyo, y José Pekerman le ha seguido la corriente. Su apuesta, aunque arriesgada (no tanto: Riquelme fue campeón mundial sub20 con el mismo entrenador), es una reivindicación de la identidad del fútbol suramericano. Tocarla hasta volverla un poroto. Bajo la era de Marcelo Bielsa, Argentina intentó jugar a 'la europea' para vencer a las potencias; su fracaso significó una vuelta a las raíces, al potrero, de la mano de Pekerman y Riquelme.

La pelota en el piso, de hecho, se ha puesto de moda en el Mundial. La manera más eficiente de ahorrar energía, bajo el calor inclemente del verano, es a través de la posesión del balón. Los equipos que corren detrás de él se desgastan más rápido. Hasta Inglaterra se le ha apuntado al pase rasante, pero ha fallado clamorosamente en su cometido. A los de la isla les pudo la costumbre de lanzar centros a la olla, el estilo predominante en la Liga Premier. El calibre de jugadores como Gerrard, Lampard, o Rooney hacía pensar en el salto de calidad de la absoluta, pero hasta ahora Inglaterra ha decepcionado. ¿Por que el equipo no puede mantener la pelota? "Es una buena pregunta", respondió Sven Goran Erickson, "habría que hacérsela a los jugadores".

El sueco da la impresión de estar sucumbiendo ante la presión. Cualquier cosa distinta a una semifinal sería una tragedia para los inventores del fútbol. Después de la lesión de Michael Owen, el sueco depende más que nunca de lo que haga Wayne Rooney, el niño prodigio del Manchester recientemente recuperado de una fractura en el pie. Erickson convocó a cuatro delanteros, pero no contará con Theo Walcott, de 17 años, y quien ni siquiera ha debutado en primera. Su inclusión en la lista de 23, una temeridad, le puede costar caro al entrenador (ni siquiera Pelé debutó tan crudo en su selección), ya que su única opción real para acompañar o reemplazar a Rooney en el ataque es Peter Crouch, un gigantón de dos metros que no termina de convencer a sus compatriotas. Está claro que Crouch no es un delantero del calibre de Owen. Poca pólvora para un candidato a campeón del mundo.

Brasil, quizás su rival en semifinales (otro recomendado), si es que los ingleses llegan tan lejos, no tiene ese tipo de problemas. A juzgar por el tercer partido del grupo, ante Japón, algunos suplentes son, de hecho, mejores que los titulares. Mientras varios equipos (España, Argentina) decayeron en cuanto sus técnicos efectuaron sustituciones, con la Seleçao ocurrió al revés. Robinho, Cicinho, Juninho Pernambucano, Gilberto Silva y Gilberto le dieron a Brasil el fútbol que no mostró con Emerson, Roberto Carlos, Cafú, Ze Roberto y Adriano.

Japón se comió cuatro goles, dos por cuenta de Ronaldo. El delantero igualó al Bombardero Gerd Muller en lo más alto de la tabla de artilleros del Mundial. Ambos cuentan con 14 pepas, pero más temprano que tarde el Fenómeno picará en punta y dejará una marca para la posteridad. A pesar de la permanente polémica que lo rodea, cuya última versión corrió por cuenta del preparador físico nacional, quien reveló que R9 rondaba los 90,5 kilogramos (Panini lo registró con 82 kg), el carioca es el delantero más determinante del planeta. Ronaldinho se ha fijado como meta llenarlo de asistencias para convertirlo en la figura del torneo. Da la impresión de que le cumplirá. Y de que Brasil, grande entre grandes, seguirá su paso triunfal en mundiales.

Ghana, el único palo de la fase de grupos, será un buen termómetro para la Seleçao. Su técnico Ratomir Dujkobic hizo historia al clasificar al país (primíparo en la competencia) a octavos de final. República Checa, segunda en el escalafón FIFA, quedó en la cuneta por cuenta del aplastante ritmo de las Estrellas Negras. Vi el enfrentamiento entre ambos, que ganaron los africanos 2 por 0, y la verdad es que Nevdev y compañía fueron literalmente arrollados. Ghana falla seguido en la definición, pero de resto está sobrado de velocidad, de potencia y de fútbol. El partido ante Brasil en octavos es imperdible. El serbio Dujkovic afirmó que su plan de juego era ¿marcar tres goles¿.

Michael Essien ha sido el jugador más sobresaliente de la selección en lo que va del campeonato. Con Ghana, el volante participa en las dos fases del juego, la interrupción y la creación, mientras que en el Chelsea se dedica exclusivamente a picar piedras. El martes, contra los pentacampeones del mundo, el técnico deberá apañárselas sin él. De cualquier forma, lo tenía difícil.

Mi candidato para atravesársele a Brasil es España, al que probablemente enfrentará en cuartos. Francia será un escollo duro para La Furia (ojito al martes), pero el equipo de Raymond Domenech, el más viejo del torneo, no parece rival para atajarla. Luis Aragonés ha utilizado el sentido común para confeccionar su once, lo que le ha costado sentar a Raúl. Lo más probable es que el técnico repita ante los Bleus con los jugadores de los dos primeros partidos, que han estado excelentes. Cesc y Joaquín pelearán con el viejo capitán por los minutos que sobren o un eventual cupo entre los titulares.

España utiliza el sistema del Barcelona, 4-3-3 e intenta replicar, también, su estilo de posesión del balón y elaboración con pases en búsqueda de los espacios hacia el gol. Xavi Hernández, Xabi Alonso, Fernando Torres, y David Villa, además de los suplentes de lujo, son ideales para ese tipo de juego.

Me gustaría que Portugal le ganara a Holanda, pálida en la fase de grupos, y le repitiera la zancadilla a Inglaterra en cuartos. Scolari es mucho más técnico que Erickson. Figo, Deco, Ronaldo el malo y Simao pueden determinar desenlaces en cualquier momento, y su selección lució solvente en los primeros partidos.

Sobre Italia, su paso firme en un grupo difícil no ha bastado para captar la atención de los tifosi. Los estrados judiciales se dividen los titulares de la prensa con las noticias sobre la escuadra italiana en el Mundial. Se prevé que el fallo del proceso que se adelanta en las cortes contra la conspiración para manipular los resultados del Calcio se hará público el 9 de julio, el mismo día de la final de la Copa Mundo. Juventus tiene un pie en la B y otro en la C, y Milán podría acompañarlo en los socavones del fútbol italiano. La Vieja Señora perderá, por lo menos, los últimos dos títulos del calcio. De la lista de 23 jugadores seleccionados por Marcelo Lippi, 20 militan en las filas de los equipos investigados: Juventus, Milán, Lazio y Fiorentina. El escándalo es de proporciones mayúsculas, aunque por ahora ningún jugador ha sido acusado de participar en el fraude. Lippi fue llamado para atestiguar dentro del proceso, puesto que antes de manejar la selección estuvo a cargo de la Juventus.

Australia, contrincante italiano en octavos, es uno de los equipos más débiles de los dieciséis, y los cuartos le deparan uno por el estilo a los Azzurri. Entre Suiza y Ucrania, por mucho que se estiren, no hay un rival digno para la gente de Lippi. Apenas en semifinales se le complica el asunto a Italia, que para pasar deberá vencer al ganador de la llave entre Argentina y Alemania, y no creo que sea capaz.

Palomo

(casi como en el blog de Eltiempo)

Thursday, June 22, 2006

El gen perdedor viene de España

Una cosa que quedó clarísima después de los octavos de final es que nuestra vocación por la derrota se la heredamos a la madre patria. Reynaldo hace lo que puede porque lo que natura da es poco. España era favorito en el enfrentamiento contra Francia y se desinfló igual que un globo. ¿Les suena el coro? Se ha regresado entre lamentos, y señalamientos de que ya ni siquiera alcanzan a llegar a cuartos de final. Lo peor fue que se habían animado en la península. La culpa de la enésima gran derrota no es de Raúl, ni del técnico, sino de la inexplicable inclinación de los españoles a morder el polvo.

Alemania 2 – Suecia 0: Asusta
Los de Klinsmann liquidaron el partido con la precisión de un torero en faena. Alemania, creo, es el equipo que más miedo mete. Salieron a devorarse a sus rivales y nada se los impidió.

Argentina 1 – México 0: Que se abran los argentinos
En primera ronda demostró que sabía jugar. La lección en octavos es que también sabe sufrir. Parece que la selección Argentina tiene lo que necesita un campeón. Quiero que pierda, porque los argentinos le han hecho el fo a Colombia varias veces. La plantada en la Copa América. La confesión de Burgos luego del Uruguay–Argentina en Montevideo, en la última fecha de las eliminatorias para Corea y Japón. “Si Colombia marcaba otro gol, yo me dejaba meter uno”. Los dos equipos jugaron para atrás. No se me olvida nunca. Para rematar, cuatro años después, el clásico del Río de la Plata fue ultrajado en su dignida nuevamente. Argentinos y uruguayos repitieron el bailoteo inofensivo. Ya sé que Colombia se sacó sola del Mundial, pero nunca contó con la simpatía de una nación que nosotros, en cambio, idolatramos.

Inglaterra 1 – Ecuador 0: Si Beckham es el mejor
El Spice Boy se acordó de marcar y con un cobro de falta salió de Ecuador. Hasta ahora, la participación del siete en las anotaciones de Inglaterra da para pensar que es el figurón del equipo. Ese es el problema para los Tres Leones. Al Madrid le ocurrió algo similar en la temporada pasada. Con un Ronaldo abrumado por las lesiones, la calidad de la derecha del inglés fue la mejor garantía de los merengues en el ataque. Aparte de que es lindo, el problema con Becks es que tiene una virtud demasiado específica. Su derecha era letal en su juventud, cuando podía acompañarla de velocidad en sus proyecciones por la banda, pero con los años se ha quedado sola, vale apenas para las pelotas quietas. El volante sigue corriendo lo que puede, pero con frecuencia lo supera su fama de jugador normal. Cuando lo están rodeando Gerrard, Lampard, o Rooney, el rubio no puede ser el mejor.

Portugal 1 – Holanda 0: Figo no es Jesucristo
Una batalla campal, a la usanza de nuestra querida Copa Libertadores. La comparación fue sugerida por el propio Felipao, durante su balance del juego. El Mundial necesitaba un partido así, áspero, en el que se midiera la determinación y la capacidad para jugar al límite de ambos contendores. Portugal se parece a su técnico y eso es bueno. Además está Figo, un monstruo. Casi me hizo olvidar que se vendió al Madrid. Le preguntaron a Scolari sobre el cabezazo que el capitán le propinó a un holandés que lo había cosido a patadas. “Jesucristo hubiera puesto la otra mejilla, pero Luis Figo no es Jesucristo”.

Italia 1 – Australia 0: Vergüenza

Brasil 3 – Gana 0: Rebelión
En las calles de Accra, la capital ghanesa, los hinchas salieron a celebrar. Acababan de caer contra el campeón del mundo y, una vez más, se instalaron en el sentimiento de que los africanos nunca podrán reinar en un negocio controlado por blancos, aunque probablemente lo merezcan. Una mezcla de orgullo, frustración, impotencia y rabia, que en estas latitudes conocemos muy bien. El fútbol, sin embargo, es uno de los pocos escenarios en el que el pobre ocasionalmente vence al rico, en el que el hambre conduce a la gloria.

Cuando hay que ganarle al equipo contrario, al ábritro, a las corbatas de la FIFA y del fútbol que se reparten la torta a zarpazos, es completamente legítima la picardía. Ahí es cuando vale la mano de Dios. Ghana tendrá que aprender que, llegado el caso, deberá robarse lo que le quieren negar y le pertenece por derecho propio.

Francia 3 – España 1: Los vejetes le ponen guaguancó
Le hice fuerza a la Furia Roja, con la tristeza de no ver más a Zidane. Porfiado yo y porfiados quienes pensaban que el maestro estaba acabado. El bueno de Zizou reía como nunca lo ha hecho, abrazado a su compadre Barthez, mientras salía del campo. “Este es un recuerdo para el pueblo de Francia”, declaró en la zona de prensa. Y para todos nosotros. El diez ha dado un golpe en la mesa, y el mundo le escucha ahora. ¿Tendrá algo que decir frente a Brasil?

Palomo

(casi como en el blog de Eltiempo.com)

Tuesday, June 06, 2006

Grupo H, el tapado

España, Ucrania, Túnez y Arabia Saudí. El último repaso previo al Mundial. Un reconocimiento para León, que fue el de la idea. Falta una semana, gente. En la letra escarlata seguiremos de cerca los acontecimientos del torneo.

Te has conseguido una leyenda. El 24 de abril de 1986 falló el reactor 4 de la planta nuclear de Chernobyl, Ucrania. Un error en los procedimientos de seguridad inició una reacción en cadena que desembocó en la peor tragedia nuclear de la historia. La explosión produjo una bola de fuego que destrozo la inmensa tapa de concreto y metal del reactor, causando la muerte de más de 30 personas en el acto. Al amanecer del día siguiente, Mikhail Gorbachev, secretario general del partido comunista, regente de la Unión Soviética, anunciaba al mundo: “por primera vez confrontamos la fuerza real de la energía nuclear, fuera de control”.

Para escapar del manto letal extendiéndose a través de los cielos, 135 mil personas tuvieron que ser evacuadas. Por ese entonces, Sheva vivía en los suburbios de Kiev, la capital. El niño de nueve años, hijo de una contadora y un militar, huyó con su familia hacia las costas del Mar Negro.

Era otro mundo. Sheva ya formaba parte de las divisiones inferiores del Dynamo de Kiev, y soñaba con emular al ídolo nacional, su héroe particular, Oleg Blokhin. El crack del Dynamo había escrito las mejores páginas del fútbol de Ucrania, consagrándose campeón de la recopa europea en 1975, año en que France Football le otorgó el mítico Balón de Oro. Quién hubiera imaginado que el futuro le depararía mayores glorias al talentoso Sheva. Ciertamente en la primavera de 1985 no parecía de esa manera, pero el niño había nacido en el momento adecuado.

Bajo la égida de la Unión Soviética, Blokhin jamás pudo pasar de Ucrania hacia los clubes poderoso del continente. El gobierno se quedaba con los dividendos económicos de sus gestas deportivas. Convirtió 211 goles jugando para el Dynamo, pero nunca tuvo la oportunidad de enfundarse los colores de su país. El delantero marcó 42 goles en más de 100 partidos con la casaca de la desaparecida Unión Soviética, representante oficial de las ‘repúblicas’ en los torneos entre selecciones nacionales. Era otro mundo. Este verano, con 53 años, Blokhin dirigirá a Ucrania en su primera participación en la fase final de la Copa Mundo. “Me tildaron de loco cuando dije que iba a clasificar a Ucrania al Mundial. Ahora creo que somos capaces de ganarlo”. Uno se imagina que tanta confianza descansa, en parte, en el último fichaje del Chelsea inglés, Andriy Shevchenko (29 años), emblema y capitán de la selección.

Muy temprano, la calidad de Sheva llamó la atención del legendario entrenador del Dynamo, Valeriy Lobanovsky. Éste lo hizo debutar en la primera a los 17 años, en la temporada 1994–1995, la primera de las cinco que militó en el Dynamo. En cada una de ellas el equipo de Kiev se consagró campeón nacional.

Lobanovsky fue un revolucionario del fútbol; modernizó los sistemas de entrenamiento, introdujo los computadores y los psicólogos a los vestuarios. Sus métodos, sus innovaciones y su sagacidad, condujeron al Dynamo al dominio absoluto sobre el fútbol ucraniano. Shevechenko tuvo suerte de pasar sus años de formación en las manos de Lobanovsky: el delantero complementó sus fenomenales instinto y capacidad para definir con el conocimiento técnico y los entrenamientos específicos del meticuloso director técnico. Además del Dynamo, Lobanovsky estuvo a cargo de la selección nacional en los primeros años de la independencia de Ucrania. En 1994, con 18 años, Shevchenko jugaba su primer partido con la absoluta.

Para 1998, Lobanovsky había montado una banda brava en el Dynamo. La habilidad, rapidez y contundencia de Sheva se complementaban a la perfección con la visión de juego y solvencia de Sherhiy Rebrov (31 años), su más antiguo compañero de selección. El equipo se apoyaba en un sistema ordenado, trabajado hasta el cansancio, y en los destellos de esta pareja. Las pequeñas sociedades sobre las que se suele discurrir. En la Liga de Campenones 1997–1998, Shevchenko apabulló al Camp Nou con tres goles en la visita del Dynamo al Barça. Al año siguiente le repitió la dosis al Madrid en el Bernabeu. El Dynamo sería eliminado en las semifinales, pero a nadie le quedaba ninguna duda sobre la categoría del equipo ni la clase de su delantero estrella.

El AC Milán se impuso al Arsenal en la puja por hacerse a los servicios de la sensación del verano del 99. Existía alguna inquietud acerca de la capacidad del ucraniano para adaptarse a las condiciones de una liga de primer nivel como el Calcio, sobre todo viniendo del este, pero Sheva marcó 24 goles en su primera temporada con los Rossoneri, convirtiéndose en el Capocannonieri de la tortuosa Serie A. Desde entonces, sólo unas cuantas lesiones han alejado a la fiera del gol.

Capaz de jugar sólo en la punta o como segundo o tercer delantero, de convertir con la zurda, la derecha o la cabeza, el siete se llenó de medallas en Milán, entre ellas una Liga de Campeones en 2003 y una liga italiana en 2004, probablemente el mejor año de su carrera. Aquella temporada, Sheva se consagró por segunda vez máximo goleador del Calcio con 24 anotaciones, lideró su equipo al Scudetto, y fue galardonado con el Balón de Oro, el segundo para un ucraniano desde que France Football lo comenzara a entregar en 1956. Coronado en París, el crack emulaba Blokhin, su ídolo infantil.

Al cabo de siete temporadas, Shevchenko marcó 127 goles en 208 partidos, erigiéndose como el segundo goleador en la historia del AC Milán. Pocos jugadores se han identificado tan profundamente con el alma del club. Silvio Berlusconi, su propietario, es amigo personal del jugador y fue su padrino de bodas. Ni siquiera el poderoso hombre de los medios italianos pudo persuadirlo para que se quedara en la Bota. Sheva se va de la ciudad que le dio la gloria, de uno de los mejores clubes del mundo, con un contrato en vigor hasta 2009 y una renovación espectacular esperando su firma, ¿por qué?

Los dedos apuntan a Krinsten Pazik, la modelo gringa con la que el jugador se casó hace un año. Shevchenko arguyó “motivos familiares” para dejar Milán. La pareja, se especula, desea criar a sus hijos en un país angloparlante. Vale, vale; pero algo tendrá que ver el interés del Chelsea, y en particular de su propietario, el ruso Roman Abramovich, quien lo considera el mejor jugador del planeta. Abramovich se enriqueció repentinamente merced a las reformas liberales que irrumpieron en la antigua Unión Soviética tras su colapso, las mismas que le permitieron a Sheva dejar Kiev rumbo a Italia. El taicún es el dueño de la segunda petrolera rusa, y de una de las fortunas más prominentes de Europa, y no ha tenido reparos de ninguna clase para que hacer del Chelsea un equipo ganador. Desde que desembarcó en Londres, en 2003, ha gastado algo más de 400 millones de euros para transformar al modesto club londinense en una dinastía continental.

Hace un par de días, el ruso se pudo dar el gusto de fichar a Shevchenko, a un costo aproximado de 45 millones de euros, la transferencia más alta pagada jamás por un equipo inglés, la sexta en el mundo. Obsesionado con ganar la Champions, el magnate apuesta por el espeluznante promedio anotador del delantero en la competición, 53 goles en 94 encuentros. No existe un goleador que se compare con sus registros en los últimos cinco años. Por eso, Abramovich le ha confeccionado un contrato a su medida: cerca de 150 mil euros por semana durante cuatro años. “Te has conseguido una leyenda”, fue el mensaje de los Ultras milanistas para el mecenas, “trátalo bien y te hará feliz”.

Ucrania y Brokhin dependen de lo que pueda hacer el delantero, que suma 28 anotaciones en 63 apariciones internacionales con su selección. El 14 de junio, ante España, Sheva cumplirá un sueño más, liderar a Ucrania en un partido mundialista. Su país (aquí la lista) tiene un lugar casi asegurado en octavos, y podría atravesársele en el primer lugar al favorito, España.

Niños prodigio. Desde 1974, en Alemania, la Furia viene acudiendo regularmente a la cita mundialista. El excelente nivel de la liga española, la calidad de sus jugadores, y la presencia de un puñado de fuera de series, han suscitado grandes expectativas sobre la selección nacional, que han chocado una vez tras otra contra la realidad. España nunca ha conseguido pasar de los cuartos de final.

El madrileño Luis Aragonés (67 años), delantero del Atlético en sus años mozos, recibió el encargo de acabar con la mufa en Alemania. La labor del Sabio de Hortaleza, además de escoger a los 23 convocados y los 11 titulares, algo para nada evidente, consiste en mentalizar a sus hombres para la oportunidad que se les acerca, y brindarles la confianza para encararla sin mareos. Aragonés es un hombre polémico, de temperamento explosivo y reconocidas dotes de motivador. En octubre de 2004 desató un debate internacional cuando las cámaras lo atraparon mandándole un recadito a Thierry Henry vía José Antonio Reyes, en un entrenamiento previo a un amistoso contra la selección inglesa. “Dile a ese negro de mierda que eres el mejor. Díselo de mi parte: eres el mejor”, le espetó Aragonés.

Uno asume que Reyes (22 años), compañero de Tití en el Arsenal desde hace tres temporadas, no le transmitió el mensaje al francés. Racismo e insultos aparte, el técnico tenía un razón: Reyes posee una zurda letal, capaz del regate elegante, del lanzamiento al arco o del pase gol. El andaluz se formó en la cantera del Sevilla, club en el que debutó con 17 años. Jugando como extremo izquierdo, o incluso como segundo delantero, Reyes cautivó a los servicios técnicos del Arsenal, que aposto fuerte por él, adelantándosele al Madrid, que lo deseaba. La adaptación al fútbol inglés ha sido ardua. Aunque es uno de los mejores asistentes de Henry, el español aun no llega al nivel que mostró en sus últimos tres años con el Sevilla.

A su edad, Reyes carga sobre sus hombros seis temporadas en las ligas más competitivas del mundo, y es un jugador contrastado internacionalmente. Fue titular en 12 de los 13 partidos de su club durante la espectacular campaña que lo dejó en la final de la Liga de Campeones. El de Utrera representa una generación dorada dentro de las huestes españolas, cuyos talentos tendrá que explotar Aragonés. El buen desempeño de la selección en las categorías juveniles debe materializarse con la absoluta. En 1999, España consiguió el título mundial sub20 en Nigeria y, cuatro años después, llegó a la final del certamen en los Emiratos Árabes Unidos, y a la del mundial sub17 de Finlandia.

La figura y el goleador de este torneo fue el catalán Cesc Fábregas, la última gema incorporada a la selección por el Sabio de Hortaleza. La presencia de un joven de 19 años en la convocatoria clasificaría como una audacia, pero en el caso de Fábregas no hay tal. En 2004, Arsene Wenger, técnico Arsenal, se aseguró de convencer personalmente a la familia Fábregas de que Cesc estaría mejor bajo su tutela que en el sistema de inferiores del Barcelona. El volante se marchó de Cataluña en 2004, sin haber jugado ni un partido en primera. Dos años después, Cesc, el debutante más joven en la existencia del Arsenal, sobrepasa los 60 partidos en la Premiership. Cada vez que salta a una cancha los directivos del Barça se quieren morir. El catalán, originalmente un diez o un mediapunta, se ha adaptado a la perfección a la posición de cinco, donde su claridad y su clase han bastado para suplir la ausencia del antiguo capitán de los Gunners, Patrick Vieira. Con su convocatoria a la selección cumplió un anhelo de canterano: compartir equipo con dos referencias en su puesto, las razones por las que se fue del Barcelona, Xavi Hernández y Andrés Iniesta. Con ellos en el plantel, se retrasaban los tiempos de su debut.

Xavi (26 años) se recuperó hace poco de la lesión de rodilla que sufrió en diciembre. Más de 200 partidos con el Barça y 35 con su selección lo avalan; Aragonés anunció desde un principio que esperaría al volante. Igual que Cesc, puede jugar en cualquiera de las dos líneas del centro, cerca de los delanteros o de los defensas, y las dos funciones las cumple a cabalidad. La efectividad de sus pases supera el 80%, una estadística impresionante si se tiene en cuenta que Xavi participa mucho del juego y que se arriesga bastante con pases entre líneas.

En 2003, Iniesta (22 años) fue el mejor jugador de su selección en el subtítulo mundial sub20, pero cuenta con poco recorrido con la absoluta, con la que debutó en mayo. Acaba de terminar su cuarta temporada en el Barcelona, y si en 2004–2005 hizo de revulsivo saliendo desde la banca, la temporada actual lo consagró. El de Fuentealbilla fue fundamental para el doblete (liga y Champions) de su club, retrasándose, como Xavi y Cesc en su momento, para ejercer de conexión entre la defensa y el ataque. Enfrentado a la responsabilidad de cumplir la función de Xavi, Iniesta demostró que era tan capaz de quitar un balón o marcar a un rival, como de desmadejar las defensas contrarias con sus pases interiores.

Dudas en el medio. Toda la presión es para Aragonés, que debe escoger a los mejores once entre tantas posibilidades. El país entero está enfrascado en una interminable polémica alrededor de la alineación titular del seleccionado. El técnico es un hombre de fútbol chapado a la antigua, y le ha mostrado el mismo respeto a Raúl González (28 años) que a Xavi. El niño mimado de la afición del Real Madrid es el goleador histórico de la Furia (42 goles en 94 partidos internacionales), en la que debutó a los 19 años, hace casi una década. El zurdo es el estandarte de su club y de su selección, el sucesor de Fernando Hierro, quien en su momento lo describió como “un Ferrari”.

La formidable trayectoria de delantero, que incluye doce temporadas en primera, cuatro ligas, dos Copas de Europa, y dos Intercontinentales, no lo libra de las críticas. Sus contradictores afirman que está acabado, algo que sus compañeros de selección califican como una falta de respeto. Las lesiones y la edad han hecho mella en el goleador, y sus números han caído dramáticamente. El carácter ganador y la entrega, sellos de la casa, ya no vienen acompañados de costaladas de goles. Ayer, Raúl convirtió por primera vez desde octubre, en el amistoso en que su selección venció a Egipto. Esta temporada marcó 5 goles en la liga, a pesar de disputar 26 partidos, y la anterior no fue nada mejor (9 goles en 32 encuentros de liga). Ante la pérdida de potencia y filo del capitán, parece que Aragonés planea ubicarlo detrás de los delanteros. Una decisión que le privaría de utilizar a Reyes, Cesc o al extremo derecho del Betis, Joaquín.

De no mediar una sorpresa, Fernando Torres (22 años), emblema del Atlético de Madrid, y el asturiano David Villa (24 años), goleador del Valencia, serán los delanteros titulares del once español. Torres ha brillado desde muy joven, y hace varios años los grandes equipos de Europa lo tienen en sus carpetas. El Niño ha decidido quedarse por ahora en el Aleti, aunque su desempeño en Alemania podría significar un traspaso millonario. Rápido, desequilibrante y ducho con el balón, el ariete colchonero suma 29 apariciones internacionales con España. Sus 9 goles, sin embargo, saben a poco para un jugador que se supone excepcional. Torres enfrentará el Mundial con la intención de refrendar las condiciones que en su momento mostró con las categorías juveniles de su selección.

Lejos de la atención que los medios han puesto sobre otros, David Villa llega a la cita mundialista luego de quemar etapas en la segunda división y en el Zaragoza. Ésta, su primera temporada en el Valencia, ha sido la mejor de su carrera deportiva. Con 25 anotaciones en 37 partidos, sólo Samuel Eto’o pudo superarlo en la tabla de goleadores de la liga. Recursivo, correlón y oportunista, con un temible remate de media distancia, el Guaje se hizo un lugar a la fuerza en el onceno de Aragonés.

El tapado. Si los grandes equipos necesitan grandes arqueros, España tiene la tarea hecha. Cuenta, quizás, con el mejor de todos. Iker Casillas (25 años), el arquero del Real Madrid, es otro de los niños prodigio de la selección española. Tenía 18 años cuando se paró por primera vez bajo los palos en el primer equipo merengue, luego de haber maravillado en sus años de formación, y nunca más se fue. Hoy supera los 230 partidos de liga, muchos de ellos con actuaciones memorables. En 2002, en la final de la Liga de Campeones, sustituyó al lesionado César para consagrarse entre los Héroes de Glasgow, que consiguieron la novena copa europea del Madrid.

Hay quienes afirman que Casillas no sabe salir, pero es como quejarse porque Ronaldo no cabecea bien. Es tan superior en las otras áreas que ese lunar se pasa por alto. Sólo sus intervenciones y las del brasilero han mantenido a flote a un desbarajustado Madrid. Si no fuera por ellos, el ridículo merengue hubiera sido peor.

El arquero, además, cuenta con una defensa solvente, en donde se destacan Charles Puyol (28 años), el capitán del Barcelona, y Sergio Ramos (20 años). El catalán es un jugador que cualquier equipo querría tener. Infatigable, ganador, disciplinado. Sabe que no tiene las calidades naturales de algunos de sus compañeros y lo ha compensado con un entrenamiento exigente y una mentalidad arrolladora. Da gusto verlo comiéndose a sus adversarios en el pique o por potencia, dejándose todo en cada instante. Ramos surgió de las inferiores del Sevilla, en donde escasamente disputó 38 partidos antes de que Florentino Pérez se lo llevara a Madrid. Como lateral derecho o como defensor central, el andaluz es una garantía en la zaga española.

Aragonés comanda una volquetada de grandes jugadores que, juntos, deberían conformar un gran equipo. España es el tapado.

Los demás. Ucrania y España son archifavoritos del grupo H, cualquier otro desenlace significaría una catástrofe. Túnez sería, en cualquier caso, el candidato para la hazaña. Campeón de la Copa Africana de Naciones en 2004, el equipo dirigido por Roger Lemerre llega al Mundial culminando un proceso iniciado en 2002. Con el primer título en el torneo continental para Túnez, el francés Lemerre encontró una revancha, luego de encabezar la debacle de los Bleus en Corea y Japón. Ahora es ídolo absoluto de los tunecinos.

El lateral derecho y capitán, Hatem Trabelsi (29 años), ficha segura en la titular de Lemerre, disputará su tercera fase final del Mundial. Ha jugado cinco temporadas en la liga holandesa, defendiendo los colores del Ajax. Con la selección acumula 56 partidos internacionales. El delantero Ziad Jaziri (27 años) y el brasilero nacionalizado Santos (27 años), son las referencias en el ataque tunecino.

Arabia Saudí coronará su cuarta participación consecutiva después de estrenarse en 1994, pero la fiesta para ahí. El brasilero Marcos Paquetá se hizo cargo de la selección a comienzos de año, y sus opciones son magras, con un plantel compuesto por jugadores de las ligas africanas o asiáticas. Un animador por excelencia para cerrar el grupo.

No es más. Pasado de revoluciones, como de costumbre. El viernes rueda la pelota en Alemania. La amargura por perderse la cita y la emoción por la fiesta más grande que conozca el planeta.

Palomo

(casi como en el blog de Eltiempo.com)