Monday, July 24, 2006

¿Colombia 2014?

Álvaro Uribe sorprendió a al país durante la inauguración de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, al anunciar oficialmente la aspiración de organizar la Copa del Mundo en el 2014.

“No se trata de un globo”, ha explicado Francisco Santos en los medios, cuestionado sobre la posibilidad de que la carga mediática del caudillo fuera un estratagema para divertir la atención pública del reciente bochorno diplomático; “el presidente tiene ideas y las lleva cabo”. Santos estaba advertido de que se venía el anuncio. Según el vicepresidente, Uribe lleva “dos o tres semanas” analizando la posibilidad de que Colombia emprenda la aventura de optar por la sede del Mundial. La cosa es seria, dice; falta enamorar a los colombianos, dice.

Si las cifras concuerdan, el amor está. ¿Qué presidente tuvo el arrastre de Uribe, cumplidos cuatro años de gobierno? Doy por hecho que la gente le copia, que los cacaos estarán dispuestos (cómo no) a financiar su parte del pastel, y que el país se dejará arrastrar por el sueño. Sería lindo creerle al vicepresidente, designado para la diligencia, cuando habla de un proyecto integral, a mediano plazo, en el que la sede del certamen sería la última etapa de una transformación de nuestro fútbol , desde las federaciones hasta las bases, incluyendo la propiedad de los clubes. Un objetivo nacional, que tuviera el beneficio adicional de movilizar a la patria y cambiarle la cara ante el mundo.

La idea tiene sentido. Un Mundial, además de un negocio redondo, es una oportunidad única para posicionar la marca país, como acaba de demostrar Alemania. Este año, por primera vez, se estimuló la presencia de turistas, independientemente de que tuvieran o no entradas a los estadios. En ediciones anteriores, la idea era que solo viajaran quienes tuvieran boletas, para prevenir las aglomeraciones de aficionados, potencialmente peligrosas. Era la manera en que la FIFA enfrentaban la amenaza de la violencia. Alemania cambió de enfoque. Los organizadores dispusieron decenas de ‘FanFest’ en las ciudades sede, pabellones para los hinchas en los que se proyectaban los partidos en pantallas gigantes, se presentaban grupos musicales y de danza de los países participantes y, por supuesto, se vendía alcohol como si no hubiera mañana.

Cerca de cinco millones de personas visitaron el país, una movilización sin precedentes en la historia de la Copa Mundo. El comportamiento de la gente fue casi irreprochable. El fútbol es una fiesta en cualquier parte del planeta, no solamente dentro de las canchas, sino en las tiendas, en los bares, en las casas, entre la gente. En lugar de sospechar del hincha, este torneo lo celebró.

El experimento fue un éxito absoluto, estadios y calles a reventar de consumidores ociosos, potenciando la convocatoria del Mundial. La otra vuelta de tuerca multiplica la audiencia cautiva y garantiza la continuidad de los millones, entre patrocinios corporativos, derechos de transmisión y el resto de la parafernalia mercadotécnica. Como guardianes del juego no pasa nada, pero como gerentes de la empresa los ejecutivos FIFA son unas fieras.

Una nueva Alemania. Entre los millones de visitantes y las decenas de miles de periodistas, el mundo entero reconfiguró su imaginario del presente teutón. El país puede contar con un considerable incremento del turismo, amén de las colosales inversiones en infraestructura (8.000 millones de dólares; más de 1.000 millones en estadios), y las adecuaciones en el sistema de transporte.

Por dentro, el país también se conmovió. La bandera alemana, un objeto tabú, secuela de una historia tormentosa, empezó a ondear en las casas y en los carros de los lugareños. Los alemanes descubrieron una manera de sentirse orgullosos que no resultara ofensiva para los demás, que no estuviera estigmatizada por el pasado. Muchos factores confluyeron para que el país saliera del cascarón y se mostrara completamente diferente ante los ojos del mundo.

Siempre hay un pero. “Se me hace agua la boca”, confesó Francisco Santos, visualizando una experiencia similar para Colombia. Vi a Santos participar en un programa de opinión televisivo, donde intentó explicar el alcance del mega proyecto. En un momento dado, le preguntó a Jorge Barraza, el periodista deportivo uruguayo, cómo era el asunto con la Confederación. “Usted que sabe del tema, ¿será que sí están abiertos a otras candidaturas?”. La candidez dejó en evidencia al vice. Si la propuesta fuera seria, su arquitecto no tendría por qué estar haciendo la tarea al aire en Hablando con la Prensa.

Eventualmente, un elemento vital dentro del equipo organizador sería Luis Bedoya, el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol. Sin embargo, el directivo ha declarado que “las posibilidades reales son mínimas”. Por una vez, habría que coincidir con Bedoya. Es cierto que en 2014, por arreglos de organización, la sede le corresponde a un país de la Conmebol pero, como se sabe, Brasil gestionó un acuerdo entre sus miembros para presentar su candidatura. Aunque fuera posible incluir a Colombia en la baraja, algo sobre lo que no existe certeza, habría que arrebatarle la sede a los pentacampeones del mundo, que sí se han preparado para conseguir su objetivo.

Aquí no, aquí pasamos directamente a los anuncios, a la fanfarria. ¿Los grandes cambios? Están por verse. Hasta ahora, solamente los titulares, las palabras en el aire. Nuestro fútbol sigue igual. Solo que ahora Uribe lo incluyó dentro de sus promesas vacuas. No importa que su pueblo esté en guerra, agobiado por las urgencias. El Ubérrimo sigue en campaña, su método personal de gobernar.

Palomo

Saturday, July 15, 2006

Encuentro de opuestos

Grandes diferencias. A pesar de las declaraciones de técnico, jugadores y dirigentes escarlatas, América y Cali encaran el Finalización con objetivos muy diferentes. La crisis roja, la pauperización del fútbol colombiano en general, y la oprobiosa mediocridad del campeonato local, han conseguido lo que los dirigentes del Deportivo Cali buscaron sin fortuna durante décadas: hacer del club un contendor real para cada campeonato. Todavía se les atraviesan los equipos chicos, pero ahí van, sumando finales y estrellas.

Juzgar al América con los raseros del vecino no tiene sentido. La realidad de la Mecha es otra. El equipo no ha convencido desde que se fue Gareca, hace como diez meses, y la estrechez económica de la institución es cada vez más difícil de disimular. Durante la semana previa al clásico, de hecho, hubo conato de bronca entre los rojos por unas quincenas atrasadas. Víctor Bonilla alcanzó a ausentarse de la práctica del martes. Al final, hubo una reunión de emergencia en la que los dirigentes (llamativa la tranquilidad del gerente cuando se refirió al asunto la semana pasada) cancelaron una plata y todos tan contentos.

En el reciente informe de la Superintendencia de Sociedades, sin embargo, un dato llamaba la atención: las nóminas más costosas del país en el 2005 fueron las del Cali ($18.691 millones) y América ($17.951). Si bien es cierto que los Diablos Rojos conservan una base de juveniles envidiable —Armero, Otálvaro y Valencia, por ejemplo, integran el plantel de la selección que goleó a las Antillas en los Juegos Centroamericanos y del Calibre de Cartagena—, eso no basta para explicar por qué una institución que apenas conseguía mantenerse a flote registró contratos por valores similares a los de su rival de patio. Cali es un equipo sólido económica e institucionalmente y América es todo lo contrario.

En la cancha, no. En ese sentido, y no el de un hincha conforme o condescendiente con las miserias de su club, es que me atrevo a sostener que América respondió. Si nos referimos al antecedente inmediato, Hernán Darío Herrera se llevó tres goles y una pésima impresión en su debut ante el Cali. El América de Redín lució ordenado y, aunque resignó la posesión del balón, supo contener las escaramuzas del Cali.

En la alineación titular encontramos varias caras nuevas. El defensor argentino Santiago Rodríguez me gustó. Cometió algunos errores pero estuvo bien por arriba y relativamente confiable. David Yepes jugó a su lado en la extrema defensa, una posición que le sienta mejor que la de volante, donde juega habitualmente. Abusa, como Mario Alberto, de las barridas, que deberían ser un último recurso y no moneda de cambio. En el gol del empate caleño (minuto 45) perdió la marca, permitiendo el pase de cabeza de Trujillo, previo a la definición de Sergio Villareal.

Rubén Darío Bustos, ejerciendo de lateral derecho, fue la única presencia familiar en la defensa. Bryan Angulo debutó por la izquierda y, tanto él como Bustos, se proyectaron con frecuencia, generando alguna inquietud en la zaga contraria.

En el medio, Redín se la jugó, como ya lo había hecho Herrera, con tres volantes de marca, Marcos Canchila, Andres Felipe Arboleda y Julio César Rentería, y uno de creación, Víctor Bonilla. Mucha velocidad y mucha mordiente (América cometió 24 faltas) a la hora de recuperar el balón. El juez sacó las amarillas desde muy temprano y sólo una lesión impidió que el Polaco terminara expulsado. Andaba un poco pasado, y la propensión a tirarse de las figuritas del rival no ayudaba en nada.

Arboleda jugó un buen partido. Lo vimos por primera vez en el torneo anterior, y los partidos que acumuló se empiezan a notar. El juvenil tiene talento, una gran presencia, y ahora confía más en su juego. Ayer participó más que de costumbre en la transición ofensiva. Julio César Rentería también cumplió. Tiene mejor técnica que Arboleda o Canchila, y sus incursiones por la izquierda (perfil cambiado) fueron prometedoras. En una de ellas (minuto 38) estrelló el balón en el horizontal con un remate desde fuera del área.

Víctor Bonilla jugó demasiado lejos del área y no tiene ni los años ni el estado físico para correr tanto. Gesticuló permanentemente, más para lamentarse por los fallos de sus compañeros que para celebrarles la intención o alentarlos, aunque su propio nivel dejó qué desear. Erró la única clara que tuvo (minuto 90), cuando un error de Benítez lo dejó con el arco de frente y el arquero vencido. El zurdo remató con su pie menos bueno, demasiado abierto, y perdió la posibilidad de resarcirse con el empate final.

Sólo el gol marca la diferencia entre las presentaciones de Carlos Preciado y Yiovanni Arrechea. Preciado embocó la primera que tuvo (minuto 4), al recibir con el pecho un cobro de falta de Julían Viáfara, dejando atrás al inefable Benítez, y rematar al palo izquierdo de González. Ninguno de los dos delanteros aprovechó las ventajas que dio la zaga del Cali en el resto del primer tiempo. Los azucareros jugaron con las líneas muy adelantadas, pero nadie les hizo pagar. En lugar de eso, Arrechea cayó en el fuera de lugar una vez tras otra.

El déficit americano estuvo en el último cuarto de cancha. Entre la falta de coordinación, los desaciertos, el flojo nivel de sus delantero, y la ausencia de un volante de creación con la claridad y el despliegue necesarios, las elaboraciones del América se diluían ante la resistencia azucarera.

Redín quemó las tres sustituciones, comenzando por Luis Caldas en el PT, cuando se lesionó Canchila y América todavía ganaba. La presentación del volante se empañó por varias pérdidas de balón, que dejaron mal parado al equipo. Mauricio Romero, quien ingresó en el ST, no tuvo ninguna trascendencia, y el central Carlos Valdés (hermano de Diego Valdés, titular del Cali) apenas contó con unos pocos minutos. Los técnicos depositan grandes esperanzas en este defensor, que se lesionó de gravedad en enero y ha hecho parte de las convocatorias a las juveniles de Eduardo Lara.

El Cali se puso arriba casi en las postrimerías del encuentro (minuto 84), después de un contragolpe letal que Patiño definió impecablemente. Viáfara, quien tuvo tres intervenciones salvadoras, no lo supo aguantar y fue burlado por el remate del capitán verdiblanco.

Para el técnico rojo, la conclusión es que su equipo necesita un delantero “potente y de jerarquía”. Quién sabe si Martín García respondía a esas características, pero de cualquier forma la contratación del ex Millonarios se cayó a última hora, y América busca en el mercado una alternativa para la ‘inminente’ salida de Pepe Moreno (el plazo para la inscripción de jugadores vence el 7 de agosto). Uno de los periodistas de la transmisión televisiva mencionó la posibilidad de que Carlos Salazar firmara por los Diablos Rojos, pero no respondo ni por el periodista ni por el rumor.

Más allá del resultado, el América de Redín se merece un compás de espera. Es normal que los equipos comiencen duros el campeonato, y con el paso de los partidos encuentren el funcionamiento adecuado. Los Diablos Rojos todavía no han integrado sus refuerzos ni las ideas de su nuevo técnico.

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No convoca. La mayor parte de los doce mil aficionados que acudieron al Pascual eran hinchas escarlatas. El Cali era dueño de la taquilla, pero por lo visto a sus aficionados no les seduce el “proceso a largo plazo” del club. Omar Labruna, el líder del proyecto, era un ilustre desconocido en nuestro medio hasta que la actual junta directiva decidiera su nombramiento. En Argentina, Labruna se mueve con un perfil bajo, en clubes de vuelo ídem. Su cuarto de hora fue como asistente de Ramón Díaz, el icono de River Plate. Acaba de descender al Olimpo de Bahía Blanca a la segunda división gaucha, y se trajo un volante ofensivo del club, Martín Hugo Asencio, como flamante incorporación. Los hinchas del verde siempre quieren más, porque a eso están acostumbrados, y no los satisface del todo el asunto. Me imagino las protestas de la fanaticada más culta del país al ver que su técnico sustituía al centrodelantero del equipo con un defensor central para “bajarle la persiana” a un partido.

Nos pillamos,

Palomo

Wednesday, July 12, 2006

Histórico Calcio

La semana pasada, un tribunal deportivo dictó sentencia en el caso de fraude deportivo en el fútbol italiano, al que ya nos hemos referido en la letra escarlata. La comisión independiente, encabezada por Cesare Ruperto, un ex presidente de la Corte Suprema de Justicia, solicitó la relegación de la Juventus, bicampeón en las últimas ligas, y una penalización de 30 puntos en su próxima temporada en la serie B. La Juve sería desprovista de los Scudettos (dos) obtenidos desde el verano de 2004.

De ratificarse el fallo, Lazio y Fiorentina acompañarían a los bianconeros en la segunda división, al tiempo que el AC Milán sería penalizado con 15 puntos en la temporada entrante. La sanción para el equipo de Silvio Berlusconi (antiguo primer ministro italiano) incluye su exclusión de la Liga de Campeones. El dueño del Internazionale, Massimo Moratti, ya pidió los Scudettos vacantes para su club, el mejor ubicado entre aquellos que no participaron en la trampa.

Se trata de un fallo sin antecedentes en la historia de Italia, sobre todo por la entidad de los clubes involucrados. Juventus es propiedad de la familia Agnelli, lo más parecido a la realeza que tiene el país. Dueños de la automotriz FIAT, insignia nacional, los Agnelli han mandado en el fútbol tano desde hace décadas, y no es la primera vez que se relaciona a su club con prácticas antideportivas.

Además de los crecientes rumores, exacerbados entre sus contrincantes, en el sentido de que los árbitro favorecían al equipo de Turín en caso de necesidad, la Juve estuvo involucrada en un escándalo de dopaje hace un poco más de cinco años. Ni los rumores ni las investigaciones trascendían, generalizando la sensación de que el club de los Agnelli gozaba de una patente de corso.

Todo cambió en mayo, cuando La Gazzeta dello Sport filtró el contenido de unas conversaciones telefónicas interceptadas por la policía, que hacían parte de una pesquisa en un caso diferente. Uno de los celulares intervenidos fue el del gerente general de la Juve, Luciano Moggi, el hombre más poderoso del fútbol italiano.

Los lectores de la Gazzeta aprendieron entonces que Moggi tenía acceso directo a los órganos de selección de árbitros, y que traficaba influencias para asignar jueces favorables a sus intereses en los partidos de la Juventus. En el medio local, el sistema del dirigente fue bautizado el Método Moggi, y su eficiencia a toda prueba terminó persuadiendo a otros clubes de que se le apuntaran a la franquicia.

El presidente de la Juve, Lucianno Cobolli, ha confirmado que su institución apelará, igual que Fiorentina y AC Milán, que se proclaman inocentes. La UEFA le ha dado plazo a la federación italiana de fútbol hasta el 24 de julio para que definas los clubes que la representaran en las competiciones continentales. Se especulaba con sanciones algo más laxas, en especial para el Milán, pero en esta oportunidad la justicia no se ha dejado torcer demasiado. “Los clubes y los dirigentes que cometieron errores y son culpables deben pagar, aunque seamos campeones del mundo”, ha dicho Romano Prodi, el primer ministro italiano.

Valiente y encomiable camino el que han tomado los italianos. Una de las raras ocasiones en las que se ha puesto al descubierto a un grupo de hombres muy poderosos y muy corruptos, y se les ha aplicado el peso de la ley. Cualquiera supondría que los amaños de partidos y las malas artes eran cosa de clubes sureños, como el Nápoles, asociados a la mafia italiana, y las evidencias terminaron implicando a gente de lo más selecta. En Turín, igual que en el resto del norte de Italia, se tiene en pésima consideración a la gente del sur. Se los toma por holgazanes, delincuentes y camorreros. Y mira tu por dónde, las cochinadas vienen de la parte cosmopolita e industrializada del país.

Del escándalo italiano me quedo con eso. El crimen no es exclusivo de los sospechosos de siempre. Sus franquicias también gozan de un éxito arrollador entre la gente autodenominada ‘de bien’.

Palomo

(casi como en el blog de Eltiempo.com)

Tuesday, July 11, 2006

El establecimiento se pone al día

El fútbol nacional arrancó la semana en las páginas judiciales. Un informe de la Superintendencia de Sociedades y otro de Semana han revelado lo que ya sabíamos en todos los cafetines y corrillos deportivos de la patria.


Difícil creerle
a Rodolfo Daníes Lacouture, el superintendente, cuando afirma que llegó la hora de la cacería de los bandidos, después de un buen rato dedicado a la cacería de brujas. La propuesta es más efectista que verosímil, teniendo en cuenta que el informe divulgado desde su despacho no contiene ninguna acusación oficial, ni tampoco un señalamiento específico. Sencillamente le pone números a las continuas especulaciones que circulan en las tertulias futbolísticas. Algo es algo, dirán ustedes, y lo comparto.

Ahora sabemos, al menos, la historia oficial. El Superintendente se manifestó consternado por el desorden contable y las inconsistencias que encontraron sus funcionarios. Grandes diferencias entre la realidad de las transacciones y los registros le hacen sospechar que el fútbol profesional es un gigantesco lavadero de dólares, así que ha solicitado a la Fiscalía que investigue a nuestros equipos profesionales.

En 2005, los 18 clubes que disputan la primera división produjeron ingresos por $89.291 millones y gastos por $95.686 millones. La Corporación Deportiva América de Cali reportó $2.955 millones en pérdidas, siendo el equipo más deficitario del rentado nacional. Otros ocho equipos registraron balances en rojo, mientras que el resto obtuvo ganancias.

¿El equipo que más plata produjo? Envigado, con una utilidad de $1.177 millones. El club antioqueño había dominado las notas judiciales de la semana anterior con la noticia de que su mayor accionista, Gustavo Upegui, había sido ejecutado. Según la revista Semana, “el crimen fue realizado por un comando paramilitar que llegó hasta su casa de descanso, sorprendió a sus 20 escoltas, y sólo gastó una bala para matarlo”. Cómo sería de bravas las culebras del señor que ni siquiera un ejército personal pudo librarlo de la muerte. El semanario sugiere que Don Berna, el mandamás del departamento, estaría detrás del homicidio, como de todo lo que se cuece por esos lares.

El informe Goles de los Paras, publicado en el último numero de la revista, aborda el espinoso tema de la infiltración paramilitar en el fútbol. Macaco, Don Berna y rufianes afines están tomándose clubes profesionales y aficionados en sus zonas de influencia, es decir todo el país, al estilo de lo que hicieron los narcotraficantes en el pasado. Si me preguntan, entre paras y traquetos escasamente existen diferencias.

Quizás estas noticias hayan sorprendido a algunos, por ejemplo los buenazos que creyeron que América de verdad era el diablo, pero en la letra escarlata estábamos prevenidos. La marca de Miguel nos ha librado de la hipocresía, y sabemos muy bien de qué va el fútbol colombiano, feudo predilecto de rufianes de muy diversos pelambres (el diablo no anda solo). Al que se les atraviesa le aplican (igual que al señor de los 20 guardaespaldas) la única ley que se cumple a rajatabla en Colombia, la pena de muerte.

Los buenazos estarán tranquilos, porque el otro día el patrón de los colombianos ordenó a Francisco Santos ponerle orden al balompié. Aquí es produciendo resultados, por lo que Francisco Santos ya calificó el informe de la Superintendencia, y las investigaciones subsiguientes, como pasos importantes en la dirección adecuada. Habrá que esperar el desenlace de las exhaustivas pesquisas de la Fiscalía. Por ahora los bandidos siguen sueltos. Todos menos Miguel, cabe recordar, y el América, que hace rato carga el pesado fardo de las culpas nacionales.

Tengo noticias frescas de la Mechita
. Ayer, el gerente de la institución, Humberto Acevedo, tuvo la gentileza de responderme unas preguntas a boca de jarro. El gerente evitó comentar sobre el tema principal, el de la situación jurídica del club. De inmediato me remitió al abogado que se apersona de esos asuntos, Álvaro Holguín. El gerente confirmó que el plantel sigue entrenando en los predios de Cascajal, cuyo título de propiedad está incluido en una sentencia de extinción de dominio. Cascajal no le pertenece a la Corporación Deportiva América de Cali, sino a otra figura jurídica asociada con Miguel Rodríguez. El fallo del Tribunal Superior de Bogotá fue recibido con bombos y platillos, ya que solicitaba la extinición de más de mil propiedades, entre ellas un número indeterminado de acciones del club (en cualquier caso, no la mayoría). Por lo pronto, la decisión jurídica no ha hecho tránsito hacia la realidad.

Cuestionado sobre la situación económica del club, sobre su capacidad por responder por sus obligaciones laborales, Acevedo afirma que América es uno de tantos clubes colombianos (“todos menos Cali y Nacional”) asolados por las limitaciones y las dificultades. A pesar de eso, para el dirigente el equipo debe aspirar a lo máximo. “El objetivo es el mismo al comienzo de cada torneo: quedar campeón”.

Poner objetivos imposibles, o por lo menos insensatos, es la mejor coartada para salir de los técnicos cada seis meses, y desactivar así cualquier conato de crisis interna. “A los técnicos los sostienen los resultados”, apunta el gerente sobre Bernardo Redín, deslizando como sin querer la idea de que un semestre es, quizá, un horizonte optimista.

Palomo

(casi como en el blog de Eltiempo.com)

Sunday, July 09, 2006

La cabeza de Dios

A los 110 minutos de la final, el mundo dejó de girar. Alguien le advirtió al árbitro Horacio Helizondo lo que el resto de los mortales estábamos observando en las repeticiones televisivas. El cisne embistió el pecho del mastín con la furia de un carnero (palabras del director del As), y una expulsión le forzó a abandonar el sueño antes del final feliz. Los románticos perdieron un héroe, Francia su final, y yo sumé un icono más a mi panteón de ídolos caídos.

El dios pecador, el titán melancólico, ocupan un lugar considerable dentro de mis obsesiones, y Zinedine Zidane, con su paseo hacia la ignominia el domingo pasado, dándole la espalda para siempre a una Copa que parecía tener su nombre grabado, es el último de mis cristos. El mundo, insolente, lo acusa de parecer humano, y él se ha hecho aún más grande.

La FIFA y los ingleses encabezan una cruzada contra las malas artes dentro de las canchas, pero el fútbol se hizo adulto, igual que todos nosotros, en las calles. El Fair Play puede ser políticamente correcto pero no tiene nada que ver con el juego que conocemos. El mismo Joseph Blatter, delantero aficionado durante sus años mozos, reconoció que se tiraba al mínimo contacto apenas ponía un pie en el área. Cualquiera que haya jugado un picado se encontró con una patada descalificadora, con la puteada psicológica de un rival, con las broncas, si es que no las protagonizó. El repertorio infinito de artimañas que hacen parte fundamental del fútbol, pero que su versión corporativa no encuentra admisibles.

El domingo la calle burló la seguridad del certamen y se tomó el Olympiastadion. La agresión de Zidane, y los insultos que la precedieron, fueron los dos hechos que definieron la final ¿Qué le dijo Materazzi a Zidane? Un lector de labios de la BBC dedujo que el defensor italiano le había deseado una mala muerte a él y a su familia, y luego lo había mandado al cuerno. La delicada situación de salud de su madre explicaría el trance criminal del Monje Blanco. Los especialistas de la cadena brasilera O Globo, por su parte, concluyeron que las palabras aludían a la actividad sexual de su hermana y a la nacionalidad de sus ancestros.

Los padres del capitán francés nacieron el Argelia, y son descendientes de una tribu nómada del norte de África. Zizou se describe como un musulmán no practicante, y es un hombre conciente, orgulloso de sus orígenes. La ONG No al Racismo, con base en París, acusa a Materazzi de llamar “sucio terrorista” a Zidane (sus fuentes son solventes, dice), y pidió una investigación inmediata de la FIFA. La prensa inglesa suscribió la teoría de que el comentario fue de índole racista, apoyada en el antecedente de la expulsión del francés en el partido ante Arabia Saudita, en la primera ronda de la Mundial de 1998. Zidane vio la roja tras una entrada violenta a un contrario, supuestamente en retaliación por insultos de ese talante.

Materazzi descartó la posibilidad de haber cruzado esa raya, y enarboló su ignorancia como defensa: “ni siquiera sé qué significa la palabra terrorista”. Una bien ganada fama de pendenciero precede al defensor italiano, y no cabe duda de que sus comentarios buscaban desequilibrar al oponente (lo comparó con un jugador del Cali, tiró un amigo). La intención del defensor es tan ruin como la de Zizou al enterrarle la cabeza en el pecho. Ambos gestos representan las entrañas barriobajeras del fútbol.

Italia ganó de calle y me parece válido, porque la calle hace parte del fútbol. Pero sería injusto lapidar al francés por algo tan natural como perder el control. Tras una década larga paseándose con elegancia y humildad por las canchas del mundo, Zinedine Zidane se permitió ser humano durante unos segundos, quizá lo único que le quedaba por demostrar al maestro (a diferencia de Henry, que sumó otra final sin marcar). Qué duda cabe de que el francés fue la figura del torneo, aunque Carlo Ancelotti haya sido el hombre más importante para el campeón. El rey ha caído, que viva el rey.

Palomo

(casi como en el blog de Eltiempo.com)

Saturday, July 08, 2006

Dos naciones, un destino

Alemania dejó historias dignas de contar, entre ellas las de sus imprevistos finalistas. Dos grandes equipos en campaña para demostrarle al mundo que estaba equivocado. Ni Francia ni Zidane son tan viejos como pensábamos, ni los escándalos del Calcio significan que la Azzurra vendió su alma.

“¡Vamos a jubilar a Zidane!”, fue el grito de batalla de Marca (el diario deportivo de mayor circulación en la península) el 27 de junio, con ocasión del enfrentamiento entre España y Francia por octavos de final. Una pifia monumental y una infamia sin par que no tardaron ni un día en pagar. Luego de una presentación memorable, rematada con el tercer gol para su equipo sobre el final del encuentro, el francés pasó cobrando por la zona mixta: “me jubilaré cuando yo decida, no cuando le apetezca a la gente de Marca”.

A pesar de lo que los cínicos puedan sostener, el fútbol todavía es un escenario en el que se libran las grandes batallas del hombre. Cierto que el Mundial es un negocio entre corporaciones animadas por el lucro, y que la FIFA es una organización que más de una vez ha defraudado al deporte, pero en este torneo se siguen encontrando los ingredientes que lo hacen extraordinario.

El mayor milagro que presenciamos en Alemania fue la resurrección de la fe de Zizou en la pelota, un convencimiento que había zozobrado a merced de la banalidad merengue. Con los Bleus, el francés mostró la determinación, la seguridad y la fuerza de un gran hombre recorriendo los pasos hacia su destino, una palabra utilizada con frecuencia por el crack, según los periodistas que han conseguido entrevistarlo durante el último mes.

Le agradezco de corazón a Zidane esta lección casi postrera. Vivimos tiempos en los que la juventud se celebra como nunca y en los que las cosas que recordamos y respetamos se esfuman con los días. Oí por ahí que Giselle Bundchen, la modelo brasilera que salía con Leonardo Di Caprio, declaró que, a los 25 años, se sentía vieja y acabada. Suena casi tan ridículo como debatir sobre el fin de Zizou, o la lentitud de Vieira, o lo inservible que es Thuram.

Otro fenómeno, Thierry Henry, intentará mandar a dormir la leyenda de que se achica a la hora del té. Tití ha marcado apenas un gol (ante Camerún, en la Confederaciones 2003) en las seis finales disputadas con club y selección, una estadística de la que se prenden sus contradictores para faltarle el respeto también a él.

En Alemania no se impuso ninguna moda que arrasara con el pasado, ni emergió un genio precoz reclamando un trono sólo para él. Volvieron los viejos sabios, en cambio, a enseñarnos el valor de la paciencia y la experiencia. Esta tarde estaré con ellos (Zidane, Makelele, Thuram), deseando que su último partido de azul sea una nueva cita con la historia.

Ni clichés ni moralismos
. En alguna de las previas de la final leí que, en los últimos tres años, el promedio de goles por partido del Calcio ha sido superior al de la liga española y al de la Premiership inglesa. Un dato como para revisar aquello del Catenaccio. Para los especialistas, la selección italiana, tal como la hemos visto en el Mundial, es la fase final de una revolución de estilo al interior del Calcio.

En las semifinales entre Alemania e Italia se suponía que la vocación por el ataque le pertenecía a los anfitriones, pero fue Marcelo Lippi quien se animó a meter a tres delanteros en los cambios del extratiempo. “¡No lo puedo creer! ¡No lo puedo creer!”, decía Diego Armando Maradona, comentarista del cotejo para una cadena televisiva, al presenciar el acontecimiento. 4 de julio: el fin del Catenaccio, y el día que Italia se le apuntó al Jogo Bonito.

La fluidez ofensiva de los Azzurri queda retratada en una estadística: 10 de los 11 goles del seleccionado han sido marcados por personas diferentes. A diferencia de Inglaterra, que apenas trajo cuatro delantero (uno de ellos sin haber debutado), Lippi convocó cinco para su escuadra: Toni, Del Piero, Gilardino, Inzaghi, e Iaquinta. Todos ellos han visto minutos y han marcado al menos un gol en este torneo.

La trayectoria de la selección ha sido, además, la reivindicación de un grupo de jugadores salpicados por un escándalo de proporciones mayúsculas. Juventus, precisamente el club en el ojo del huracán, es el equipo con más representantes (ocho) entre los finalistas. Siete de los once titulares de la selección de Lippi (todos menos Grosso, Materazzi, Perrotta y Totti) provienen de los equipos involucrados en el proceso por fraude: Juve, Milán, Lazio y Fiorentina.

Estos jugadores han demostrado que su capacidad para competir y para vencer en franca lid está fuera de discusión, más allá de los cuestionamientos hacia sus respectivos clubes. Los moralistas (quienes juzgan a otros en términos que considerarían inaceptables para ellos mismos) se apresuraron a tacharlos de traidores, tramposos y mercenarios. Sin embargo, integrantes de la selección como Gattuso, se han opuesto públicamente a una iniciativa que se abre camino en los pasillos del poder en Italia: aprovechar la euforia por un posible título mundial para tramitar una amnistía general para los personajes involucrados en los procesos judiciales. “Si cometieron un delito, que paguen por él”, ha dicho Gennaro.

Así que aquí estamos. Una final que pocos predijeron, con un fuerte sabor a revancha para cada uno de los equipos, y digna de los quilates de la Copa del Mundo. Ambas selecciones saben jugar con la pelota en sus pies, y ambas han demostrado por qué llegaron hasta el último partido. Más o menos goles, estoy contento con lo que vimos. No es posible imaginar un marco mejor para la fiesta del mundo. Fue lindo mientras duró, pero a partir de esta tarde el torneo es historia. Tendremos un campeón, y frescos en la memoria los últimos minutos en la cancha del mejor jugador de su generación. A la salud de Zidane.

Palomo

(casi como en el blog de Eltiempo.com)

Wednesday, July 05, 2006

Gracias, Jurgen

El trayecto hacia la final del próximo domingo dejó grandes equipos en la cuneta y recuerdos imborrables para los hinchas del balón. Ayer, Alemania cayó con dignidad y la conciencia tranquila. Hoy, los Bleus han llegado a la cima empuñando su única verdad: Zizou.

En las semifinales ante Portugal, Zidane y los suyos redondearon la sorpresiva resurrección de un equipo de ancianos regresando de la gloria. El hijo de Marsella, hoy por hoy, es la gran figura del torneo. La crónica de la selección francesa en Alemania ha sido una inspiración para muchos escépticos del fútbol. En un mundo en el que el diez es una especie en extinción, asediada por el imperio de los sistemas tácticos, Zinedine Zidane ha puesto su derecha sobre el balón y los puntos sobre las íes. Si perdura alguna verdad en este hermoso deporte, está en los botines de Zizou.

Raymond Domenech llegó casi con el rabo entre las patas a Alemania, y los primeros resultados parecían justificar los rumores sobre las agrias diferencias dentro del plantel, el mal nivel de algunas de sus figuras, y la terquedad suicida de su técnico, aficionado a la astrología. Las mofas iban y venían, pero de repente Francia se levantó y anduvo.

Nunca le he visto un mejor partido a Zizou que ante Brasil. El maestro volvió a sus andanzas de bailarín exquisito, y se encontró en el prefacio de un gol, por primera vez en 54 partidos juntos en la selección, con Thierry Henry. Una estadística inquietante; ¿cuál sería el tope de Francia si coincidieran más a menudo estos dos grandes jugadores?

El resurgimiento de Zidane se produce gracias al trabajo denodado de otro veterano de los Bleus, Patrick Vieira. El mundial del senegalés ha sido fenomenal. A él también lo pretendieron enterrar antes de tiempo, pero el enorme volante central fue el artífice de la victoria ante Togo, en el último partido de la fase de grupos. Los franceses sumaban dos puntos y no podían contar con Zidane, suspendido. Vieira retomó el brazalete de capitán y condujo a la selección hacia una merecida victoria en la mejor presentación de los Bleus hasta entonces.

Zizou cumplía 34 años aquel día y enfrentaba la posibilidad de finalizar su carrera deportiva de una manera indigna para sus galones de general. La leyenda dice que, mientras observaba el picado en un televisor desde el camerino para evitar que las cámaras lo poncharan, el Monje Blanco se conmovió con el nivel y la raza que mostraron sus compañero. Ellos lucharon para regalarle la oportunidad de regresar, una vez más a la cancha. Un equipo de campeones que quiere jubilar a su capitán en lo más alto. Que sea.

La última vez que Portugal jugó una semifinal de la Copa del Mundo fue en 1966, cuando cayó eliminada ante el local, Inglaterra, 2 goles por 1. Desde entonces, nunca pasó de la primera ronda. Luiz Felipe Scolari ha obrado el milagro en la selección lusitana, impregnándola con su carácter ganador y su sabiduría táctica. Aunque los moralistas (no son sólo hinchas del Cali) se apresuran a cuestionarlo, el técnico brasilero es mucho más que unas cuantas astucias. Obsesivo y meticuloso, Felipao deja lo menos posible al azar. Ricardo, el arquero de Portugal, no necesitó chancuco para adivinar la dirección de cada uno de los penales ingleses en la definición de cuartos de final. Tenía la lección bien aprendida.

Varios comentaristas especializados recordaban, cuando arrancaba este Mundial, que la selección italiana también había llegado precedida por escándalos a España 1982. Paolo Rossi acababa de salir de una suspensión por participar en actividades anti deportivas. Las críticas arreciaban y obligaron a su técnico Enzo Bearzot a cerrarle las puertas a los medios, siendo uno de los primeros en adoptar el Silenzio Stampa, que tendría tanta acogida después. Italia, a la postre, sería campeón en España, y Paolo Rossi brillaría como la figura y el goleador del torneo.

Hoy, la justicia italiana lleva adelante un proceso por fraude en el Calcio, que ha llevado a un juez a solicitar que se relegue a la Juventus a la tercera división, con la posibilidad de que se le despoje de los títulos ligueros que conquistó en las últimas dos temporadas. La investigación judicial abarca al Milán, a la Fiorentina y a la Lazio, y sacude los cimientos del una de las ligas más poderosas de Europa.

En medio de esta vorágine noticiosa, que tenía al país entero esperando lo peor, el equipo nacional ha venido consolidando su juego. Un comienzo irregular ha dado paso a una evolución impresionante, culminada con el partido de ayer, uno de los más vibrantes del campeonato. Italia consiguió imponerse ante nada menos que el anfitrión. Ganó merecidamente, y la categoría de sus jugadores dejó en evidencia al equipo de Klinsmann.

A pesar de sus múltiples pérdidas de balón, Andrea Pirlo definió el partido en las postrimerías del segundo tiempo extra, con un pasegol al corazón del área mirando hacia la dirección opuesta, estilete Ronaldinho. Grosso recibió el regalo con una rosca de zurda, pegada al segundo palo de Lehman. Golazo. Italia es otro equipo que se le apunta al toque–toque. Pirlo, Zambrotta, Totti, Del Piero, son todos jugadores habilidosos, capaces de tejer pases hasta llegar al gol.

Las sustituciones de Marcelo Lippi fueron definitivas en el desenlace del partido ante Alemania. Aguantó a Pirlo y metió a Iaquinta, protagonista del extra tiempo, Gilardino, asistente en el segundo de Italia, y Del Piero, el otro goleador del partido. Cambios ofensivos para una selección asociada con el viejo Catenaccio.

Nos quedamos esperando a Ballack
y su gol, quizás lo que necesitó Alemania para desequilibrar el enfrentamiento. Pero la selección de Jurgen Klinsmann está libre de reproches. “Desde el primer momento nos hemos entregado de corazón y de espíritu. Lo hemos dado todo”, declaró el técnico al final. “Creo que hemos visto algo fantástico. Lo hermoso del fútbol es que tiene la capacidad de generar estas emociones, unir a la gente, y crear un ambiente muy especial”.

Los teutones supieron perder y, tanto en las tribunas como en la cancha o en las calles, se resignaron a llorar la derrota. Los cronistas describen una atmósfera espectacular en el estadio de Dortmund durante todo el partido, y también al finalizar. Los jugadores dieron una vuelta de la honrilla ante unos aficionados que entonaron el celebre “You’ll never walk alone” (nunca caminarás sólo) del medio anglosajón. Alemania se ha dejado contagiar del fútbol optimista, ambicioso y entregado de su selección, y no da por mala una derrota en semifinales. “Mi situación no es lo que importa”, respondió Klinsmann a los periodistas que le preguntaron por su futuro, conciente de la trascendencia del momento. Un crack. Igualito a los que tenemos acá.

No comparto la tristeza de los suramericanos porque dizque nos quedamos sin representantes en semifinales. Por lo que a mi respecta, el último de nuestro querido tercer mundo en salir del torneo fue Ecuador. Brasil pertenece, para todos los efectos, al primer mundo futbolístico, y Argentina sin duda preferiría ser calificada igual.

Tampoco adhiero a la posición de algunos comentaristas de criticar a Ronaldhino, o calificarlo de jugador menor o mercenario. En su club, Dinho juega en un equipo hecho para él, que vive de su liderazgo en la cancha, que lo busca siempre que necesita respuestas. En la selección, Parreira ha preferido respetar a los viejos capos como Cafú, Roberto Carlos o Emerson, aunque eso significara que la sangre nueva de la Seleçao quedara relegada a un segundo plano. Dinho estuvo en la cancha, pero nunca se sintió cómodo dentro del equipo. ¿Culpa de él, o de su técnico, que no supo sacarle provecho?

Palomo

(casi como en el blog de Eltiempo.com)