Thursday, August 14, 2008

Leyenda

Otros firman los autógrafos, o invitan a comprar productos de determinada marca a los habitantes del mundo. Los hay más guapos, que arrancan exclamaciones de sorpresa en las graderías, goleadores de raza temidos por sus rivales. Hay quienes se consideran distintos, lo claman en todas las direcciones, esperan que los demás se acomoden a ellos. Ni la demagogia, ni el mercadeo, ni la vanidad del estrellato son cosas que vayan con él, pero Xavi se está quedando solo, va camino de compararse con nadie, sino él mismo, de volverse historia.

Xavi Hernández (Terrassa, 1980) debutó en la primera del FC Barcelona el 18 de agosto de 1998, de la mano del técnico holandés Louis Van Gaal, en un equipo en el que jugaba Josep ‘Pep’ Guardiola. Diez años después, Xavi vuelve a compartir vestuario con Guardiola, que se estrena como técnico en el club que los vio crecer a los dos. La semana pasada, desde Estados Unidos, donde el Barcelona programó dos partidos de pretemporada, Xavi avaló la llegada de su antiguo compañero al banquillo: “tengo una excelente relación con Pep, le conozco de mucho tiempo. Es un enfermo del fútbol, y eso es algo que se agradece”.

En su momento, Xavi apuró la jubilación de Guardiola, fue su relevo natural. Como a todo heredero, al de Terrassa le costó sudor y lágrimas deshacerse de la sombra de su predecesor. Y es que ambos fueron cortados con la misma tijera, salieron de la cantera del Barcelona, conocida como La Massia (“hay uno en las inferiores que nos va a jubilar a los dos”, le habría advertido Pep a Xavi, refiriéndose a Andrés Iniesta). Como jugadores, se caracterizan por marcar los tiempos de su equipo, con una combinación exquisita de visión y técnica, y un aguzado sentido de la oportunidad. Desde la temporada en que debutó, Xavi jamás dejó de ser un titular habitual del Barcelona. Ahora es uno de sus capitanes, su estandarte futbolístico.

A pesar de su veteranía, es evidente que Xavi no se acostumbra a lidiar con la prensa. El catalán rehuye de cámaras y periodistas por igual. Ni siquiera en pretemporada, ni siquiera en la gira estadounidense que su club ha organizado con fines publicitarios, el volante consigue manejar con naturalidad la parte que menos le gusta de su profesión. ¿Cómo puede ser que tenga que repetir lo mismo un día si y el otro también? ¿Qué tiene él que ver con el insaciable apetito de la Medusa mediática? Si por él fuera, no habría gira ni habría entrevistas. Mucho menos ad portas de la fase previa de la Liga de Campeones. Sólo fútbol. Pero él no pinta nada. “Como no mando, me toca obedecer”, proclama, en tono de falsa resignación.

El Barcelona pasó un total de siete noches en tierra americana, en los que Guardiola tuvo que arreglárselas para preparar la vital eliminatoria de la Liga de Campeones ante el Wisla de Cracovia, en medio de un mare mágnum de vuelos, actos publicitarios y estrategias de mercadeo. El mismo día que el plantel aterrizó en los Estados Unidos, con diez horas de vuelo sobre el lomo, el técnico programó un entrenamiento en la cancha de la Universidad de Chicago. El parecer unánime de la prensa especializada de Cataluña es que ‘Pep’ le ha dado un giro de 180 grados a la preparación física del equipo. Un enviado especial del Mundo Deportivo, un centenario periódico deportivo, lo resumió, tajante: “Ahora sí entrenan”.

Hasta ahora, todo son augurios auspiciosos para la nueva era del Barcelona. Con técnico nuevo, y sin las ‘ovejas negras’ (Ronaldinho, Deco) en el vestuario, el club catalán ha ganado por goleada los partidos de pretemporada y se impuso categóricamente en su primer partido oficial ante el Wisla Cracovia, el miércoles 6 de agosto, en el Camp Nou.

Aunque las directivas estuvieron buscando durante todo el verano un nuevo delantero, luego de que decidieran no contar con el goleador camerunés Samuel Eto’o, parece ser que el comportamiento y el rendimiento del jugador africano ha persuadido a los mandamases del club de quedarse con él. Sus compañeros fueron los primeros en avalar la posible permanencia del ariete. Xavi fue categórico. “Samuel es un futbolista impresionante, de marcar las diferencias. Para nosotros, es un ejemplo de profesionalidad y talento”, opinó el flamante campeón de la Eurocopa. Incluso el respetable del Camp Nou, que lo había silbado en el último partido de la temporada anterior, recibió con estrepitosa algarabía los dos goles con los que Eto’o colaboró en la victoria de su equipo, 4 por 0, ante el club polaco. Solo faltaba que se manifestara el público para oficializar el indulto del ariete. Por supuesto, la duración del idilio depende directamente de que Eto’o sostenga el extraordinario nivel que ha mostrado en este comienzo de campaña (7 goles en 6 partidos) y, sobre todo, de que mantenga el bajo perfil afuera de la cancha.

El modelo a seguir, qué duda cabe, es Xavi. El menudo volante catalán también marcó el miércoles pasado, en el estreno de su equipo en casa. El número 6 remató a 20 metros del arco, y el balón entró rozándose con el palo derecho del arquero. Fue Frank Rijkaard, su técnico anterior, quien le sugirió a Xavi que buscara la puerta más a menudo. La última temporada fue la más goleadora del centrocampista, que ‘mojó’ en nueve ocasiones. En un verano histórico, el hijo más querido de Terrassa comandó la selección española que ganó el título de la Eurocopa en Suiza y Austria. Él mismo fue elegido jugador más valioso de aquel torneo. A sus 28 años y con 421 partidos en el Barcelona, es probable que termine alcanzando a Charles Rexach (452) y el legendario Migueli (548), los dos jugadores que más veces defendieron los colores del club en partidos oficiales. Sin pretensiones, sin peinaditos o aretes, comiendo callado en la derrota y en la victoria, a puro fútbol, Xavi Hernández va quedándose solo en el camino, igual a nadie, en la historia primero.


* para El Tiempo Latino

Thursday, August 07, 2008

Henry da un paso al frente

“Todos saben que Nueva York es una de mis ciudades favoritas. Tengo grandes amigos aquí.” En el suntuoso salón del último piso del Hotel Saint Regis, en el corazón de Manhattan, Thierry Henry reiteró por enésima vez su devoción por la Gran Manzana. Ha venido varias veces y es de presumirse que Juan Pablo Ángel, a quien conoció cuando ambos militaban en la Liga Premier, le habrá contado bellezas.

El delantero francés fue el protagonista de la gira promocional del Barcelona en territorio estadounidense. Aunque no marcó ninguno de los nueve goles que su club sumó en los dos partidos disputados, y el domingo 3 de agosto, en el Soldiers’ Field de Chicago, su partido justificó las suspicacias que han germinado durante su malogrado año en el Barcelona, la repetición de la imagen de Josep ‘Pep’ Guardiola, el flamante entrenador del equipo blaugrana, discutiendo de fútbol con el galo, junto con la primera parte que el crack cuajó en el estadio de los Gigantes ante el New York Red Bull, llevan a concluir que el técnico está avanzando en su propósito de recuperar al crack para el fútbol del mundo. Este verano no han faltado rumores sobre su posible transferencia. Primero fue Tottenham. Luego lo quiso el Manchester. “La gente se confunde”, tuvo que aclarar durante la conferencia de prensa en Nueva York. “Una cosa es que la ciudad me guste, y otra muy distinta es que vaya a jugar en los Red Bulls. Tengo contrato con el Barcelona y pienso honrarlo”.

En la cancha, las miradas se centraron en Samuel Eto’o. El domingo marcó dos goles, el miércoles otros dos, y en cada partido jugó medio tiempo. Afuera, el camerunés tuvo que compartir el foco con Henry y Rafael Márquez, que jugaba casi de local. La repercusión de ‘Ti’í' en el Ársenal de la Liga Premier, la liga más rica de la tierra, es palpable en este lado del océano. Acá no ha importado su bajonazo, todavía lo recuerdan como a un fenómeno. Su técnico, a quien Xavi definió como “un enfermo del fútbol” parece empeñado en engancharlo como pilar de su proyecto futbolístico. En el entrenamiento del martes 5, previo al último partido, Guardiola se quedó discutiendo un rato largo con el jugador, los dos solos en la cancha vacía. Henry tratá de emprender hacia las duchas en un par de ocasiones, pero el catalán, ganador de seis ligas españolas y una Copa de Europa enfundado en la camiseta número ocho ‘culé’, le tomaba del brazo para regresarlo al redil.

Al día siguiente el delantero cuajó el mejor primer tiempo que se recuerde en su paso por el club, yéndose de sus defensores cuantas veces quiso, encontrándose con Eto’o en el frente de ataque, peligroso. Letal no, ni mucho menos, y los amistosos difícilmente son varas de medida infalibles de la realidad de un equipo, o de su futuro. Menos aún contra un rival como los Red Bulls, que fue manso y modorro, cruzó el campo contrario en ocasiones contadas, y terminó encajando seis goles.

Para Steve Nash, la estrella de baloncesto canadiense, sin embargo, no cabe ninguna duda. “Henry es uno de los mejores”. Nash está en el proceso de llevarse la MLS para Vancouver, con un equipo de su propiedad. “Me encantaría tenerlo en mi equipo”, reconoció el hincha de Tottenham Hotspur, que manifestó su convicción de que la liga va por buen camino, y de que en el mediano plazo podrá llegar a ser competitiva en el primer mundo futbolístico.


* para El Tiempo Latino

Monday, August 04, 2008

Manhattan

La escena parece salida de la imaginación de Woody Allen, el retratista neoyorquino por excelencia. En pleno Central Park, en el corazón de Manhattan, entre dos diamantes de béisbol y una indiferencia casi absoluta, se entrena el Fútbol Club Barcelona. Quizá no haya otro lugar donde estos mismos jugadores puedan rozar el anonimato. Los asiduos del santuario natural y deportivo de Nueva York no se dieron por enterados de que uno de los grandes clubes del mundo estuvo de visita. Los gringos siguieron en lo suyo, con su trote, con su afán, con sus vanos intentos de escapar de la obesidad, la epidemia que los asola.

Hay, sí, unos cuantos despistados, observando a la distancia los ejercicios de sus ídolos. Y estamos nosotros, los indeseables, el enjambre de periodistas que nunca desfallece, al acecho siempre de unas palabras que se repiten sin cesar. Que hay que trabajar, que los objetivos, que dos años sin títulos son una eternidad. Nadie dice, por ejemplo, que esta gira está atravesada como una vaca sagrada en medio de la calle. Los carros se estancan, el tráfico revienta, pero la vaca sigue ahí, inmutable, intocable, superior a cualquier necesidad de la carne. En nueve días el Barcelona deberá jugar la previa de la Champions, y lo hará con la resaca de un viaje transoceánico que violenta los principios deportivos, pero que hace parte del sagrado rito mercadotécnico. Maradona estaba equivocado de pe a pa: no es la pelota la que no se mancha; es el oro.

Pero las prevenciones, el cansancio acumulado de las horas en avión, el asqueo que producen las insidiosas sugerencias de la prensa, todo vuela por los aires en una tarde en Central Park. Aquí, las figuras del Barcelona compiten por la atención del público con un partido de una liga infantil de softball y, al parecer, la descarada indiferencia de la gente tiene un efecto sedante en el ánimo de los jugadores del conjunto catalán.

Mientras se retiran, rodeados de un antipático e innecesario despliegue de seguridad, cada uno de ellos se toma el tiempo para atender a los pocos aficionados que aguardan por una firma o una foto. “Eto’o, no te vayas”, grita uno, refiriéndose a la mentada transferencia del delantero camerunés. El ariete riposta con un saludo y una sonrisa. Rafael Márquez estampa su autógrafo en camisetas, balones y banderas del Barcelona. Un niño se acerca a Thierry Henry y le pide, con dulce descaro, que pase un recado. “Say hello to Zidane for me”. “I will”, responde, complacido, el crack, antes de montarse en el autobús.

Finalmente, las estrellas del Barcelona se van, y la pequeña comitiva de entusiastas se dispersa perezosa. Todos se han quedado con cara de tontos, felices con tan poco, estremecidos todavía con la emoción del momento. Pasarán unos minutos antes de que se repongan del todo. Quizá nunca lo hagan. Lo que antes era un sentimiento, ahora se ha vuelto amor.


[una versión editada de este texto fue publicada el 6 de agosto del 2008 en la sección de Cartas al Director del periódico As]

Sunday, August 03, 2008

Chivas fue local, pero Barcelona fue más

Bastó un Barcelona distraído para dar cuenta de las Chivas Rayadas de Guadalajara, este domingo 3 agosto, en el primero de los dos partidos amistosos que el equipo catalán ha programado dentro de su gira promocional en los Estados Unidos. Aunque estuvieron de cuerpo presente en el Soldiers’ Field, jugadores y técnicos del Barcelona jugaron con la mente y el corazón puestos en la previa de la Liga de Campeones, que deberán disputar a mediados de mes, cuando vuelvan a Europa. Aún así, los catalanes se impusieron 5 goles a 2.

Mexicanos y españoles se encuentran en pretemporada, así que ningún equipo mostró el tono físico ni la sincronía táctica que sólo llegará con el paso del tiempo. Las enormes diferencias entre ambos conjuntos se materializaron desde el primer tiempo. Los dirigidos por Pep Guardiola dominaron el partido a su antojo, salvo contadas escaramuzas por parte del Rebaño Sagrado. Si este partido ha de servir como medida de lo que depara la era Guardiola, cabe concluir que se verá un equipo luchador, intenso a la hora de marcar, disciplinado. Menos abandonado al talento, más dependiente de las fortalezas derivadas del orden, del empeño colectivo. Ya lo había dicho Guardiola en la conferencia de prensa previa al cotejo: “quiero que entiendan que pueden ser mucho mejores como equipo”.

Durante todo el partido el Barcelona buscó recuperar el balón en territorio contrario, al estilo de aquel equipo que deslumbró al mundo hace dos años. Cuando Chivas sacaba el balón desde el fondo, la defensa del equipo catalán se paraba casi en la mitad de la cancha. De hecho, el primer (Xavi, minuto 25) y el cuarto gol (Eto’o, minuto 72) llegaron luego de sendos robos de balón en el campo de Chivas. La cuestión es si los catalanes conseguirán sostener ese modelo, que exige un derroche físico considerable, durante toda la temporada. Por ahora, la opinión unánime es que el Barcelona ha vuelto a entrenar como se debe, luego de un período de relajación extrema bajo el mando de Frank Rijkaard.

Aunque esta es la gira del Barcelona, fue su rival el que acaparó la atención de los espectadores. “Chicago es una ciudad llena de mexicanos, y decir mexicanos es prácticamente decir Chivas”, advirtió el técnico Efraín Flores, técnico del equipo de Guadalajara. De los doce millones de personas que habitan en el área metropolitana de esta ciudad, cerca de tres millones tienen raíces mexicanas. Así, la mayoría de los cuarenta mil espectadores que se dieron cita en el estadio de los Bears eran seguidores del Rebaño Sagrado.

De cualquier forma, el espectáculo tuvo que complacer a unos y otros por igual. No es común en estos tiempos modernos que un partido se salde con siete goles. Hubo emociones a granel, y los técnicos tuvieron la oportunidad de probar a los diferentes jugadores de su plantel. Guardiola hizo un total de nueve cambios, mientras que su homólogo mexicano se conformo con ocho. “Le hemos ganado a un equipo dificilísimo”, concluyo el lateral brasilero Silvinho, al finalizar el partido. “El marcador puede dar otra impresión, pero en los primeros minutos el partido pudo ser para cualquiera de los dos”.

Saturday, August 02, 2008

"Xavi, una pregunta"

Xavi se siente incómodo. Aunque este mes (el 18 de agosto) se cumplen diez años de su debut en el primer equipo del Barcelona, el catalán todavía rehuye de cámaras y periodistas por igual. Ni siquiera en pretemporada, ni siquiera en la gira estadounidense que su club ha organizado con fines publicitarios, el volante consigue manejar con naturalidad la parte que menos le gusta de su profesión. ¿Cómo puede ser que tenga que repetir lo mismo un día si y el otro también? ¿Qué tiene él que ver con el insaciable apetito de la Medusa mediática? Si por él fuera, no habría gira ni habría entrevistas. Sólo fútbol. Pero él no pinta nada. “Como no mando, me toca obedecer”.

Así que aquí estamos, en el sexto piso del glamoroso hotel W de Chicago. El Barcelona ha programado una rueda de prensa y Xavi, como capitán que es del equipo, es uno de los escogidos para la cita. Sentado entre Rafael Márquez y ‘Pep’ Guardiola, el jugador más valioso de la última Eurocopa pasea su mirada por todas partes, se acomoda mil veces en el asiento, responde con automatismos, saliendo del paso. “Siempre es bonito venir a los Estados Unidos”, dice, “sobre todo a una ciudad tan bonita como Chicago”.

Chicago es una perla, eso no lo vamos a discutir. ¿Pero acaso Xavi ha podido disfrutarla? Los lugareños dicen que el invierno es mortal, pero en medio del verano, la ciudad se deja querer día y noche. El que no deja es Guardiola, el nuevo técnico del equipo, quien, al parecer unánime de la prensa especializada de cataluña, ha dado un giro de 180 grados a la preparación física del equipo. “Ahora sí entrenan”, apuntó uno de los enviados especiales del Mundo Deportivo, un centenario periódico barcelonés.

El Barsa aterrizó en Estados Unidos el jueves en la mañana. Aquel día, con diez horas de vuelo encima, el técnico programó entrenamiento en la cancha de la Universidad de Illinois. El viernes trabajó a doble jornada, primero a las nueve de la mañana, y luego a las siete de la noche, en el nuevo estadio del Chicago Fire. Unos mil aficionados se congregaron en las tribunas del Toyota Park (las boletas costaban veinte dólares) para ver ejercitarse a las estrellas culés. El entrenamiento finalizó con un partidillo de veinte minutos en el que brilló Bojan Krick y dejó dudas Thiery Henry, que sigue sin encontrar su varita mágica.

Al finalizar, traté de sacarle unas palabras a Xavi, pero él se escabulló con un convincente “ya hablé”. Culpa mía, porque en la conferencia de prensa no le pregunté nada. La verdad sea dicha, el más nervioso de todos soy yo. Menos mal que no me manda nadie. Me temo que mi destino sería la banca.