Friday, October 14, 2005

La hora de los pantalones

Más triste que la huelga es la ‘arrugada’,—precoz en los equipos antioqueños y el Tolima, tardía para el Quindío— de varios planteles. Con el cuento de que a ellos los tratan bien, debilitan la posición negociadora de los jugadores, y justifican la actitud de los dirigentes, que siguen dilatando las reformas a la espera de que la mayoría de planteles se sume (suenan Chicó y Huila) al vergonzoso reversazo.


Estoy con los jugadores. Ciento por ciento. Ellos son los protagonistas del juego y se merecen un trato profesional, justo y digno. Nada de raro tiene que los directivos de los clubes profesionales, de la Dimayor, hayan dilatado todo lo posible las conversaciones para después salir con un chorro de babas. Lo que se está discutiendo es algo elemental, que ya rige en otras ligas del continente, y todas las europeas. Pero estos señores están pegados.

El fútbol colombiano es un microcosmos, donde valen reglas diferentes y cualquier intento de reforma o actualización es inadmisible. A pesar de las manifiestas pruebas de su ineptitud y calidad moral, la dirigencia perdura, favorecida por un interminable carrusel de puertas giratorias. Van de un lado al otro, pero siempre están ahí, viviendo de nuestro fútbol, al que han atado de todas partes y terminarán por devorar entero. La historia de la gallina de los huevos de oro. Lo más probable es que le tuerzan el pescuezo. Un postrero y suculento sancocho.

No es conmigo
. Peregrino el argumento de los fariseos (nuevos o viejos): Tolima, Envigado, Nacional, Medellín, Quindío (y contando: Chicó + Huila +). Le dieron ínfulas a la Dimayor, que ni corta ni perezosa ha declarado la huelga ilegal. Muy tiesos y muy manos, los equipos que no participan en la huelga ya están pensando en sus próximos rivales, sobre los que se especula presentarían a sus reservas. Incluso sus bloggers se animan a jugar con los resultados y hacer cuentas alegres en la tabla. Cada uno tirando para su lado, como nos gusta en Colombia.

“A nosotros en el club no nos falta nada”, declaró a El Tiempo, Óscar Ortiz. El Deportivo Cali es un ejemplo en lo institucional, hace rato que la dirigencia se puso al día en las formas y cumple con sus jugadores. Pero eso no le impide a sus jugadores abrir un poco los ojos, ver más allá de sus narices. “En el fútbol uno da muchas vueltas y puede estar sin las mínimas garantías”, remató el volante azucarero. Así de simple. Es una lucha por el gremio. Si me dan a escoger entre jugármela por Banguero o hacerlo por Puente, me quedó siempre con el ‘Pelícano’.

Hay que apoyar a los jugadores. Como están las cosas, no debería haber fútbol el fin de semana. Más allá de que el anuncio se haya hecho en los estertores de nuestra vergonzosa eliminación, despertando muchas suspicacias (los áulicos las han hecho públicas), lo más importante no es la próxima fecha sino que se resuelva el entuerto en las negociaciones. Que se regrese a la vía del diálogo y que los dirigentes se tomen el serio el pliego de peticiones de Acolfutpro.

El Ministerio del Protección Social tiene la palabra. Hoy mismo debe pronunciarse sobre la legalidad de la huelga. Los entrenamientos siguen con normalidad, pero los profesionales de 13 equipos se han comprometido a no jugar este fin de semana. Veremos.

Palomo

(casi como en el blog de Eltiempo.com)

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