Pollo, ¿cuáles son las sensaciones?
Dos cero
Ayer sentí profundas las historias épicas de nuestro himno. Aquella horrible noche que se acaba. Aquella libertad sublime. Venezuela es el enemigo entrañable, el hermano al que tenemos que ningunear para reafirmar nuestra esencia. Venezuela es el rival más peligroso porque no existen transigencias para ganar. Venezuela es capitanía general, nosotros virreinato. Las sensaciones son siempre las mismas. A Venezuela es obligatorio ganarle.
Pulga me advierte que me aleje de los pronósticos, pero para mi los resultados en el largo aliento se asientan sobre pequeños triunfos, como el de ayer. Sobre triunfos apretados. Inevitablemente, a lo largo de tres años, la cosa se pondrá fea. Lo que vale es ganar feo. Ahí está la diferencia. Uno no se clasifica ganándole a Argentina en el Monumental. Uno se clasifica ganándole a Venezuela en el Campín. La horrible noche que se acaba.
Sunday, November 18, 2007
La horrible noche que se acaba
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